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TRIBUNA

Escuela que inspire emprendedores y empresarios

Publicado por
Javier F. Higarza. Formador y consultor Talent Selects
León

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Dentro de mí siento una dualidad: soy maestro por mis estudios y mi relación de muchos años con el sistema educativo, pero también soy un colaborador de la empresa, ya que a lo largo de 25 años he desempeñado mi trabajo en el mundo empresarial. Me entristece mucho lo que he visto durante todos estos años, he presenciado cómo ambos mundos se encuentran separados por un abismo que es difícil superar (dejando al margen la formación profesional). Los maestros y profesores que, en general, nunca han pisado una empresa, en un gran porcentaje tienen el concepto de empresa explotadora. En algunos casos conscientemente, en otros (la mayoría) de forma inconsciente transmiten esta idea a sus alumnos. Una prueba de ello es que hoy aún resulta muy difícil (al menos en León) que un centro educativo acepte de buen grado el realizar conferencias para los alumnos de bachillerato sobre el mundo empresarial. De hecho, solo conozco tres centros que incluyen de forma sistemática este tipo de ponencias (Peñacorada, Divina Pastora y San Juan de la Cruz) para acercar a sus alumnos un mayor conocimiento de la empresa.

Por desgracia, en las escuelas se sigue «transmitiendo» una imagen negativa del empresario, como un señor que busca aprovecharse de los demás para ganar dinero y enriquecerse. Yo no he sido nunca empresario, he sido empleado e intentado ser colaborador, con lo cual nadie puede pensar que tengo un interés personal en cambiar esta imagen.

Creo que ha llegado la hora de decir ¡basta!, los colegios deberían ser más conscientes de la necesidad de que se ayude a desarrollar el carácter emprendedor de sus alumnos. Por el futuro de este país es hora de que la escuela muestre realmente que, aunque hay unos pocos empresarios del cariz comentado anteriormente, son una ínfima parte. La mayoría buscan desarrollar sus sueños, quieren poner en marcha proyectos que añadan valor a su localidad y a su país, dan trabajo a otras personas menos emprendedoras y les permiten poner en marcha sus sueños personales.

Tras muchos años en los que mucha gente ha vivido de «papá estado», la escuela debería ser iniciadora y transmisora de un cambio social imparable, el adiós a las empresas estatales y también, en un futuro no muy lejano, al sistema funcionarial que todos los padres querían para sus hijos. Hoy empezamos a ver que ser funcionario ya no es una garantía de trabajo para toda la vida (por la usual acomodación y baja productividad de sus empleados) y por tanto los padres tendrán que cambiar su chip y decir a sus queridos hijos: preparaos para ser buenos en lo que hagáis en vuestras vidas si queréis tener un hueco en una pyme o pequeña empresa que es donde se generarán los empleos en este país.

La escuela debe quitarse esas legañas que le impiden ver la importancia de las empresas en el futuro de éste y cualquier país y ponerse a colaborar, ayudando a sus alumnos a desarrollar una ética empresarial que borre de una vez para siempre a esa ínfima parte de «ladrones y explotadores», mal llamados empresarios, que hoy pulula por esta España del pelotazo y las castañuelas.

Desde la escuela se puede hacer mucho, no solo a transmitir esa verdad de la mayor parte del empresariado español, que cada día lucha e incluso apuesta su patrimonio personal para no tener que cerrar su empresa y dejar a muchas personas en la calle. Si todas las empresas, como se oye demasiadas veces, quisieran aprovecharse en este momento no habría 6.000.000 de parados sino el triple o más. Hay que ser conscientes que la mayor parte de los empresarios lo están pasando mal, están aguantando con coraje y valentía, haciendo un gran beneficio a este país, intentando mantener a sus trabajadores a costa de no tener beneficios o, incluso como apuntaba antes, de tirar de sus recursos personales.

El 90% de las empresas de este país son pymes de personas con compromiso social y ética personal, que persiguen el sueño de una mejor vida pero que a su vez dan empleo y oportunidades a sus trabajadores. ¿Por qué ven los profesores unos pocos árboles infectados y no ven el bosque que da oxígeno para la vida del planeta?

Hoy la escuela y los profesores (muchos funcionarios) deben darse cuenta que es imprescindible empezar a potenciar a lo que hasta ahora consideraban el enemigo (por desconocimiento y/o una visión sesgada). De lo contrario, este país pasará a ser tan pobre y a tener tantas dificultades como las naciones que hoy consideramos del tercer mundo. Tienen que tener en cuenta que deben ayudar a formar a ese emprendedor que en el futuro será creador de empleo y pagador de impuestos, tributos que permitirán a «papá estado» pagar los sueldos que ellos cobran y les permiten comer. Deben molestarse en conocer a esos otros empresarios que no buscan explotar a nadie, al contrario, aportan los medios que permiten sobrevivir mal que bien nuestra economía.

Para terminar, la empresa también tiene la obligación de colaborar en la formación de estos profesores, ayudarles a descubrir los valores de las empresas éticas y, de esta manera, puedan contagiar a sus alumnos las ganas de convertirse en este tipo de emprendedores/empresarios y desterrar la aspiración actual de ser funcionario, de considerar como meta el puesto para toda la vida. La escuela es un elemento esencial que tendrá mucho que decir y hacer para ayudar a construir puentes o incluso poner manos a la obra junto a los empresarios para tapar esa sima que hoy en día la separa de la empresa. En un futuro será la tabla de salvación de esta bendita España nuestra.

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