Multas para disuadir no para recaudar

León tendrá en breve dos nuevos fotorrojos y un radar, que serán instalados en diferentes puntos de la ciudad en el mes de mayo. Unos dispositivos que buscan controlar el tráfico y evitar los accidentes en la ciudad.

Ése al menos debería ser el objetivo de los radares y cualquier otra medida de tráfico: disuadir a los conductores y peatones de cometer infracciones. Por eso sorprende que en el concurso público para la instalación de los fotorrojos y del radar, que el Ayuntamiento de León abrió hace ya meses, se fije como incentivo para aquella empresa que se lleva la gestión el recibir más dinero cuantas más multas se pongan.

No es de recibo que esta cláusula se incluya en un concurso público, porque sólo denota un afán meramente recaudatorio que en ningún caso debe ser el objetivo final de las multas de tráfico. Y, desde luego, en este caso si no lo es, lo parece y mucho.

El control de tráfico, a través de señales, agentes y dispositivos mecánicos está demostrado que es una necesidad que viene a evitar, además de las infracciones, los accidentes, que es lo realmente importante. Pero, dicho esto, lo que no puede ser es que se busque sólo el recaudar por recaudar. ¿Alguien puede explicar por qué se fijan esas 600 multas al mes como máximo para a partir de aquí incentivar a la empresa?

Esa medida no busca disuadir, que debería ser el fin último de las multas, sino recaudar y ése no es el camino.