La solución de Unicaja salva oficinas y empleo
La entrada de Unicaja en la Caja parece que puede confirmarse como la solución definitiva para que el banco resultante de la fusión de Caja España y Caja Duero solvente su situación crítica. La compra de la entidad castellano y leonesa por parte de la caja malagueña es en estos momentos la mejor solución posible para intentar frenar en lo posible la grave pérdida que supone para León el ceder el poder financiero que tantos beneficios en lo económico y en lo social le ha reportado durante sus más de cien años de historia.
Pero hoy por hoy y desde el lugar en el que está situada la Caja parece que la solución de esta compra por parte de Unicaja se aventura como la fórmula que menor daño generará en aspectos importantes como son su propia estructura y su nivel de empleo, ya que la falta de coincidencia en materia territorial entre Unicaja y Ceiss es la mejor garantía para que la destrucción de oficinas y puestos de trabajo se pueda rebajar notablemente.
En todo caso queda claro que esta compra in extremis no se producirá nunca en las condiciones en las que se inició el diálogo para la fusión hace dos años. Entonces se hablaba de una integración con una parte de cuota de poder que ahora queda totalmente diluida en una compra pura y dura que lleva hasta Málaga la última palabra en cualquier tipo de decisión, sea cual sea la fórmula por la que finalmente se opte.
León pierde su poder financiero pero al menos con Unicaja se salvan algunas cosas.