Diario de León

SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS por ARTURO PEREIRA

Apuntes criminológicos: la Biblia

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Nada se descubre al afirmar que la Biblia sea quizás el libro más conocido por la humanidad y que más influencia ha tenido en ella. Estudiada, examinada desde todo tipo de ideologías, combatida y convertida en arma contra el infiel, ha marcado la historia de la civilización humana en opinión de unos para bien y en la de otros, no tan bien.

Siempre me ha interesado la Biblia, no solo por convicciones personales, sino por razones profesionales. Un examen desde el punto de vista jurídico, en concreto desde una visión del investigador en criminología, aporta un campo de estudio sin precedentes.

No sea solo por el periodo histórico que abarca, al sumergirnos en miles de años que nos hace perder la noción de los parámetros temporales. Al contrario, es tan abrumadora la fuente de conductas que podríamos calificar como delictivas, que permitirían a cualquier criminólogo enfrascarse en una tarea ecuménica para estudiar todas ellas.

Veamos, el primer crimen significativo aparece ante nosotros nada más comenzar a leer. En el libro del Génesis, es decir, el del comienzo de todo lo conocido, un hermano mata a otro, Caín a Abel. Nos encontramos frente a lo que hoy calificaríamos como homicidio. No es ciertamente un comienzo muy esperanzador. Temores que se verán refrendados por la presencia de este acto criminal a lo largo de todo el Antiguo Testamento. El rey David, no tuvo ningún problema en deshacerse del marido de Betsabé enviándolo al lugar más peligroso del combate para convertirla en su mujer. Además de adulterio previo, la Biblia lo describe como un homicida.

La traición es algo a lo que los personajes bíblicos son muy aficionados. El pobre Sansón la sufrió en primera persona. Tres veces engañó a Dalila sobre el origen de su descomunal fortaleza, pero la perseverancia de esta consiguió arrancarle el secreto de sus cabellos, motivo de su energía. La insistencia de Dalila la ejercitó a través del ejercicio de la prostitución, delito severamente castigado en el derecho hebreo.

Esta severidad no parecía preocupar excesivamente a nuestros hermanos de fe. Si hay un tipo de conductas delictivas presentes a lo largo de los pasajes bíblicos son los que hoy consideramos delitos sexuales. Violaciones, proxenetismo, además de incestos se refieren de forma recurrente, es bien conocido el pasaje de la destrucción de Sodoma y Gomorra por sus escasas virtudes en esta materia.

Los robos se hacen un hueco importante en nuestro estudio, aunque solo sea por la necesidad de dictar leyes específicas para proteger la propiedad que aparecen de forma recurrente en los pasajes bíblicos. No es necesario remitirnos al séptimo mandamiento. El libro del Éxodo castiga al que robe un buey con la obligación de restituir cinco.

Pero, lo que quizás sea menos conocido es que también nos encontramos con delitos menos frecuentes como la sedición. Esta se produjo en varias ocasiones contra Moisés a lo largo de la travesía del desierto cuando el pueblo extenuado renegaba de él y de Dios.

El espionaje, delito castigado en la actualidad por la legislación internacional en tiempos de guerra, aparece con relativa frecuencia, debido fundamentalmente a la presencia permanente de conflictos armados en la Biblia.

Parejo a las conductas delictivas, el Antiguo Testamento determina unas penas que ciertamente no serían hoy de nuestro agrado. Así el homicida debería responder con su muerte. Es la conocida por todos como ley del talión. Afortunadamente, la Biblia también tiene una segunda parte, el Nuevo Testamento, en el que se debe fundamentar toda política criminal que pretenda la rehabilitación social del delincuente. Prescribe el perdón y la justicia, los dos unidos, perdón para el criminal y justicia para él y para las víctimas.

Esta breve reflexión sobre conductas delictivas y sus consecuencias en la Biblia, sirven para acreditar que nada de lo que ocurre hoy en día en este aspecto de la naturaleza humana es nuevo. La Biblia si es acreedora de algún calificativo, entiendo que es el de «Libro de la Vida». Recoge la esencia del hombre y mujer como ningún otro libro. Las pasiones, traiciones, heroicidades, bondad… en definitiva, nuestra contradictoria naturaleza humana es diseccionada como por obra de un neurocirujano.

Siempre existen crímenes que nos tocan de una manera más profunda el alma, por su especial crueldad o simplemente porque nos afecta a nuestra especial sensibilidad, buscamos una causa, un motivo de por qué tanta crueldad o violencia. La respuesta la tenemos en nosotros mismos, nuestra naturaleza es así y está documentado nada menos que en nuestro libro sagrado. Es obvio. Chesterton, escribió que se necesita una cierta elasticidad de la imaginación para ver lo obvio, no busquemos más.

El lector se habrá dado cuenta que no se hace alusión a los delitos informáticos también por razones obvias.

Para saber más: El derecho de las grandes religiones , José María Martínez Val. Editorial Comares.

tracking