LA VELETA
El plan de Rubalcaba
El PP y el PSOE se despeñan en las encuestas pero como hasta en la desgracia hay grados, es opinión muy extendida que, amén de la mayoría parlamentaria, el punto fuerte con el que cuenta el Gobierno, lo que le salva de hundirse definitivamente en los sondeos es la debilidad del PSOE.
Su insoportable levedad política actual, por decirlo parafraseando a Milan Kundera. Mariano Rajoy lo sabe y Alfredo Pérez Rubalcaba, por razones obvias, mucho más.
Quizá por eso, según me dicen fuentes muy próximas al líder socialista, Pérez Rubalcaba estaría tratando de acertar con los tiempos en la idea de preparar el relevo al frente del partido.
Dicho de otra manera: Rubalcaba habría asumido que dentro de tres años el PSOE tiene que comparecer ante los electores con otra cara en su cartel electoral.
Tres años, si el Partido Popular completa legislatura y con el «test» de los comicios europeos en medio del camino.
Vista su trayectoria política, casi treinta años en primera fila, cuesta imaginar a Rubalcaba fuera de la línea del coro de la política, pero ya digo que roto el sueño de ser un líder capaz de recuperar la primacía que durante veinte años mantuvo a los socialistas en el Gobierno de España, estaría calculando los tiempos para acertar con el relevo.
Es sabido que es reacio, por no decir que contrario, a la convocatoria de elecciones primarias, pero el futuro es largo. En relación con este tipo de democracia directa hay opiniones para todos los gustos, pero en general, encuentra más partidarios entre los jóvenes que entre los veteranos. Razón, a mi juicio, más que suficiente para institucionalizar la fórmula, pues mal que pese a quienes peinan canas es obvio que el futuro es encomienda y reto de la juventud.
Volviendo al origen de este apunte, si, como me dicen, Rubalcaba tiene asumido que su papel es el de Moisés y no el de Josué —desmintiendo así su fama de hombre apegado al poder—, estaríamos ante un hecho revelador de una encomiable lucidez personal y política.
Porque en el caso que nos ocupa hablamos de un ciudadano que ha hecho del mundo de la política y el poder, de sus luces, intrigas, fracasos y alegrías, la razón de toda una vida. Veremos si, de verdad, ese es el plan de Alfredo Pérez Rubalcaba. Retirarse a tiempo, es un arte.