CON VIENTO FRESCO
Venganza fría
Conozco demasiado bien a Maquiavelo como para relacionar a Ismael Álvarez con el sutil político florentino. Su venganza tiene, evidentemente, un cierto aire maquiavélico, en el sentido peyorativo de este término, pero también puede considerarse como una victoria pírrica. En su etapa de alcalde del PP, Ismael fue condenado por acoso sexual a la concejal de su mismo partido, Nevenka Fernández, a la que un periodista encontró estos días por Irlanda.
En aquella condena jugó un papel de primer orden el PSOE, que convirtió su caso en plataforma para acceder al poder en el municipio de Ponferrada, algo que Charo Velasco, su muñidora, no lograría; pero también con la persecución mediática de un delito socialmente tan repudiable se buscaba erosionar al PP nacional, que en gran manera dejó a su suerte al político berciano.
La reciente moción de censura pactada por el PSOE local de Ponferrada con el grupo de Ismael Álvarez (IAP), que obtuvo cinco concejales en las últimas elecciones municipales, ha puesto patas arriba al PSOE provincial, regional y local. Que el partido que lo echó de la política pactara con un condenado por acoso sexual -para más inri coincidiendo la moción con el día de la mujer trabajadora- ha sido el detonante de una crisis de proporciones gigantescas.
Que en el affaire haya habido mucho oportunismo, como el de Carmen Chacón, no es óbice para que se haya convertido en una pugna que amenaza con desestabilizar, casi más que los problemas con el PSC, al PSOE. Muchos líderes nacionales exigen ya la dimisión de Rubalcaba, y la cabeza de Superlópez la quieren todos en bandeja de plata. Pero el mayor logro de Ismael ha sido la desaparición del PSOE en el Ayuntamiento de Ponferrada y que viejos militantes se hayan dado de baja del partido, por su oposición a este asunto.
Si el PSOE sale tocado profundamente, no menos daño ha hecho Ismael al PP local y provincial. Lo triste en este caso es que el ex alcalde se ha ensañado con aquellos que lo defendieron en el asunto Nevenka, especialmente su inquina se ha dirigido contra su antaño amigo Carlos López Riesco, su sucesor en la alcaldía; pero lo que pretende es dañar al PP, y parece que lo está consiguiendo. No sólo lo ha desalojado de la Alcaldía de Ponferrada, la sexta ciudad más poblada de Castilla y León, también está en juego el Consejo Comarcal. Lo peor es que, cegado por su rencor al PP, amenaza con el ventilador para convertir Ponferrada en un auténtico muladar. La venganza, cree Ismael, se sirve fría; pero no estoy tan seguro que para alcanzar este efímero triunfo haya tenido que arrastrar por el fango el nombre de su familia, de sus hijos: pírrica victoria, me parece.