Diario de León

FUERA DE JUEGO

No sólo de líderes vive un partido

León

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El leonesismo ha llegado a la conclusión de que sus desdichas son generadas por la ausencia de un líder. Y lo curioso es que no son los únicos que apuestan por ese camino cuando toca recesión con ajuste de cargos públicos. En el PSOE hace tiempo que se mantiene abierta esa singular línea de trabajo: el día que se acierte con un buen líder se acabaron todos los problemas de golpe y se conectará automáticamente con la ciudadanía.

Ayer mismo ya dejó claro Rubalcaba que sabe cómo solventar el auténtico tsunami que ha generado en su partido el caso Ponferrada: Retocará las estructuras orgánicas cambiando competencias entre unos y otros. Así, un poquito de perejil por aquí y otro poquito más de bombo, y ya tenemos solventada la cocina para intentar que no desafine tanto el PSOE cuando se las vea en otro aprieto.

El leonesismo vivió su época dorada hace quince años y consiguió una cuota de cargos públicos como probablemente no soñaban ni los más optimistas. Incluso llegó a pensar en la posibilidad de abrirse un hueco en el parlamento nacional. Había conseguido aglutinar ese sentimiento leonés en torno a esa bandera leonesista y todo iba viento en popa hasta que tocó poder. Las grietas se abrieron con rapidez y fueron precisamente esos presuntos líderes del leonesismo los que dilapidaron en muy poco tiempo el capital político en guerras fraticidas, en pactos inexplicables y como guinda con personas que lo que buscaron fue abiertamente su futuro sin más miramientos.

Pensar que con un nuevo líder el leonesismo habrá curado todos sus males es un ejercicio de pura utopía porque es inmensa la fractura entre ese sentimiento leonés —muy notable— y todo el aparato del leonesismo ya sea político, social, histórico-cultural o cualquiera que sea la medalla que se le quiera colgar.

El capital político dilapidado por los leonesistas ha sido enorme y se comprueba con repasar los listados actuales de cargos públicos en la provincia.

En el PSOE también se vive una situación similar de vacío de poder. La fractura entre una sociedad con una conciencia cada vez más social y un partido que se dice socialista se ha hecho inmensa.

Y es que los rostros sin mensaje ya no son suficiente. No sólo de líderes viven los partidos.

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