EL CORRO
Penélope, el déficit y la deuda
No es previsible que una intervención trufada de «corralito» como la que acaba de sufrir Chipre pueda aplicarse a cualquier otro país europeo y menos aún del tamaño de España, Italia, incluso Portugal. En el caso de España se supone que, después de haber destinado 40.000 millones de euros a sanear el podrido sistema financiero, hemos quedado a salvo de ese tipo de contingencias. Pero no cabe duda que lo de Chipre constituye un aviso a navegantes y advertencia de que la troika no se va a andar con contemplaciones con aquellos países que no se sometan a su yugo.
España, que viene haciéndolo, con gran sacrificio para los españoles, suspira ahora porque Merkel y compañía aflojen un poco en su implacable objetivo de reducir del déficit y dejen un pequeño margen para incentivar el crecimiento. Pero no parece que ello vaya a ser de forma tan inmediata como sería deseable, por lo que debemos hacernos a la idea de que el 2013 va a proseguir por la senda anterior, que es a la que se atienen los vigentes presupuestos de las distintas administraciones públicas.
Recientemente, hemos sabido que, salvo correcciones de última hora, la Junta de Castilla y León ha respetado el objetivo de déficit fijado para las comunidades autónomas para el 2013. Pero el cumplimiento de una obligación no es necesariamente algo positivo y satisfactorio. Incluso, como es el caso, puede resultar social y económicamente contraproducente.
La reducción del déficit se ha traducido en esta comunidad autónoma en un fuerte retroceso del gasto social y por ende en los recortes sociales de todo tipo, con la consiguiente pérdida de empleo. En los tres últimos presupuestos de la Junta, el gasto social (consejerías de Educación, Sanidad y Familia) acumula un recorte de 758 millones de euros, lo que supone un 11,4 por ciento menos de lo presupuestado en el 2011. Esa es la primera y grave consecuencia de la imposición europea de reducir el déficit.
Aunque pueda parecer paradójico, y en realidad lo es, la reducción del déficit no ha conllevado un descenso de la deuda, sino todo lo contrario. Aun reduciendo notablemente su Presupuesto, la Junta ha tenido que seguir recurriendo a la deuda para compensar la drástica caída de sus ingresos. Y acabamos de saber que la comunidad de Castilla y León cerró el 2012 con una deuda de 7.586 millones, un 38,5 por ciento más de la que tenía en el ejercicio anterior.
Nos encontramos así con una especie de efecto Penélope, según el cual mientras la Junta recorta y recorta Presupuesto para cumplir el objetivo de déficit, el coste financiero de la deuda (intereses y amortizaciones) se ha disparado en el 2013 hasta los 854 millones de euros, cantidad superior a todo el gasto social recortado en los tres últimos años. ¿Qué se consigue reduciendo el déficit si ello es a costa de aumentar la deuda?