EDITORIAL
Una gestión de la caza que sirve de modelo
Aragón ha centrado su mirada en la montaña leonesa para intentar mejorar la gestión de sus reservas de caza. Este fin de semana acudió a Boca de Huérgano y Riaño una delegación aragonesa porque consideran que existe una gran diferencia en su gestión de las reservas y porque se pretende avanzar en los mismos fines que existen en la Comunidad de Castilla y León: consolidar las reservas de caza como una figura para la conservación de especies genéticas y paralelamente convertirla en un fuente de desarrollo socioeconómico para el sustento de las poblaciones rurales existentes en el entorno.
Los objetivos no pueden ser más loables y también una condición imprescindible que justifique todos los esfuerzos realizados en estos espacios naturales sobre los que se ha trabajado mucho en la Comunidad y especialmente en la provincia.
Desde Aragón se destaca un elemento relevante de las reservas leonesas y es que se realizan subastas amplias: De este modo, aseguran, se gana en impacto socioeconómico en la asignación de las piezas ya que su difusión es notablemente más importante y amplia.
Y en el diálogo entre ambas comunidades también se destaca un elemento muy importante sobre el que existe un déficit: la implicación de los ayuntamientos en la gestión directa de estas reservas de caza y la creación de un fondo para su gestión.
En la gestión parece que hay mucho por hacer pero de momento se está avanzando de manera modélica.