Contratos vetustos en la administración

El Ayuntamiento de León no puede mantener prorrogado un contrato que se firmó cuando ni siquiera se había aprobado la Constitución. El servicio de la grúa se rige por una serie de ampliaciones de un contrato que se realizó en enero de 1978, hace más de 35 años, en una situación que como mínimo debe considerarse insólita.

Cuando las administraciones mantienen un nivel de exigencia hacia los ciudadanos para que tengan todos sus documentos, permisos y contratos al día no parece muy ejemplarizante que se mantenga en vigor un contrato por el que han pasado las décadas y los equipos de gobierno sin que nadie se moleste en ponerlo al día. Un servicio público dependiente de una administración tiene y debe ser algo transparente y regido por el necesario concurso público que tiene que decidir un contrato como éste.

La precariedad de este contrato ya ha sido incluso avisada desde los propios servicios jurídicos municipales y no parece razonable que se mantengan las prórrogas por más tiempo sin que se regularice la situación.

El contrato de retirada de vehículos de la vía pública mueve una cantidad económica realmente importante cada año y lo lógico es que se normalice su situación porque 35 años parecen un plazo razonable de tiempo para poner al día un asunto en un Ayuntamiento como el de León.

Los contratos vetustos no parece la mejor fórmula para que las administraciones exhiban transparencia.