Urgente: se buscan líderes de repuesto

La maquinaria política funciona mal. Está envejecida y necesita cambiar todo: piezas y sistema de funcionamiento. Los grandes partidos no quieren hablar de reformas profundas. Si acaso, algún cambio de caras. Pero la crisis institucional es tan seria que las bases no quieren esperar. Prefieren ir a elecciones con gente nueva. Es el caso del PSOE: interpretando esa inquietud, ya hay movimientos. El joven diputado Eduardo Madina, que perdió una pierna en un atentado etarra, ha sido el primero en moverse cosechando un entusiástico apoyo de Carme Chacón, tanto que hace pensar que ella tiró la toalla. Por el contrario, ha suscitado distancia de otros dirigentes, como el ex ministro Jesús Caldera, que elogian su valía pero que estiman que aun no es tiempo. Patxi Lopez, ex lendakari, ya está en mejor disposición para saltar al PSOE nacional, mientras otros aguardan, como el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, y acaso Griñán, al que el fraude de los ERE no le deja margen. Cada vez está más claro que Rubalcaba no será candidato y que habrá cubierto la travesía del desierto con dignidad, sin más.

En muy pocos años, debe producirse la renovación de algunos dirigentes exigida por el desgaste de la crisis, porque los grandes partidos no pueden llegar abrasados a las elecciones con una tendencia a la dispersión del voto que augura un parlamento a la italiana, fragmentado e ingobernable. Pero el camino al relevo viene asociado a operaciones de demolición de posibles candidatos, bajo la apariencia de escándalos judiciales, o al menos policiales, y siempre mediáticos. Por si Pepe Blanco aspiraba a dirigir el PSG, camino de la Xunta, ya se ocupó alguien de ponerle una bomba bajo su coche, que probablemente acabará en nada, que lo lanzó a la cuneta. Por si a Núñez Feijóo lo llamaban para sustituir a Rajoy, ya habido alguien que ha desclasificado las dichosas fotos del veraneo con un delincuente, entonces no condenado. Tanto da que las fotos sean de hace casi 20 años. Todo vale.

Lo de Oriol Pujol parece más complicado. Algunos abogados consultados en Barcelona estiman que este es un asunto serio y que el heredero del clan Pujol, al que le guardaba el sillón presidencial Artur Mas para cuando se hiciera mayor, lo va a tener difícil para recuperar la carrera hacia el liderazgo. El propio Mas se quejó ante su partido de que van a por Pujol, «como en su día fueron a por el presidente Lluis Companys, fusilado por los franquistas». La oposición le reprochó que tratara de esconder a la familia Pujol bajo el manto de Cataluña.

Lo cierto es que hay un proceso de demolición en marcha de los líderes que despuntan, los posibles sucesores. La duda es si un candidato de repuesto será suficiente para interesar a una ciudadanía descreída ya de la clase política. No hay que descartar que los nuevos líderes sean personajes alejados del plantel político conocido y surgidos de movimientos sociales. Los datos los tendremos en junio del 2014, elecciones europeas, con circunscripción única, y posibilidades de obtener representación por fuerzas que ahora la ley electoral, deja fuera del juego parlamentario. Grandes cambios se avecinan.