AL TRASLUZ
Aquí un liberal
Salgo a la calle y veo una larga hilera de Ferraris. Me pellizco y, tras comprobar que no sueño, llamo por el móvil a mi mujer: «¡Se ha acabado la crisis, los millonarios proliferan!». Ella, antes de correr a comprar champrada, me pregunta con recelosa prudencia: «¿No serán bicicletas grandes?». Pero allí no se veían nada más que dichos deportivos, en carne, claxon y tubo de escape, desfilando triunfales. Dado lo sonrientes que iban todos los conductores habían de tener el talonario sin goteras. Pues…chasco platónico, que diría un filósofo. No se había acabado la crisis, simplemente, los miembros del Club Ferrari celebraban su reunión anual, como la Asociación de Amigos de las Multas celebran la suya. Otra vez será. Hemos de seguir peleando sobre el alambre, según la imagen utilizada por el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, en una entrevista en este periódico. Se definió como liberal, término escurridizo donde los haya, pues no hay dos liberalismos iguales. Paquirrín también dice serlo, porque le gustan todas, no porque admire a Jovellanos. «Me considero liberal ¿Qué es ser liberal? Liberal para mí es aquel que cree primero en la libertad de las personas y en al eficacia de las administraciones públicas», dijo.
Todos somos liberales, conservadores o revolucionarios en algo, y es la proporción la que da nuestro perfil ideológico. Lo importante es no pasarse ni quedarse corto. Por ejemplo, leo también que la pareja de Eva Mendes, el actor Ryan Gosling, se queja de que se pasee desnuda por casa cuando están sus amigos. Por este acto de pudor, ¿es menos liberal que ella? A los amigos ya no hay forma de echarlos. Nos hacemos cargo.
Pese a recortes y austeridades en el Ayuntamiento, justificados en la «supervivencia» de la institución, Gutiérrez negó estar aplicando un «neoliberalismo brutal». En efecto, nada tiene que ver su gestión con tal corriente del capitalismo chic. Para un neoliberal la crisis es una oportunidad para el triunfo de los mejores, es decir de él mismo, por ser rico por cuna, pelotazo o empecinamiento. Para un alcalde, en cambio, la gestión son los demás, sus ciudadanos. Porque un Ferrari no es una bicicleta grande. Ni en Wall Street, ni en Ordoño.