Tajazo y barbera

Tajazo va, tajazo viene... es la vieja inclinación ibérica al espadón y al hocil... un terrorífico galeno con serrucho es la mejor imagen que tenemos del cirujano que opera nuestros tumores financieros y nacionales... y hablando de galenos, a menudo los recortes en sanidad no parecen hechos con el fino visturí de la razón y la equidad, sino con un hocil tajamatas... otras veces, los resultados son los mismos que si hubiéramos dejado solo a un chimpancé bebido y con una navaja barbera en el Museo del Prado.

Vayamos a cualquier hospital: hay frufrú de batas sublevadas, mucha inquietud entre pacientes y, en algún caso, pánico cerval a que le ocurra lo que al pobre ponferradino que rompió la aorta esperando turno (9 meses; y el 9 fue su número de la Bestia al revés, tieso).

Vayamos a nuestro hospital: por varios canales me alertan de la sorprendente jubilación de un neurocirujano cuya fama científica y gran aprecio popular desconocía, el doctor García Cosamalón, peruano de cuna, entrañado leonés hace la intemerata, una eminencia en su campo; lo acreditan academias, foros y especialistas que han salido al paso de este desmán de mandarle a casa abortando sus proyectos de investigación, docencia, fundaciones... tajazo a su saber y trayectoria, lo ordena el plan cirujano que diseñan las gerencias... mandan cifras... y entran chimpancés en los museos.

Quise conocer al doctor, hizo de enlace Tibu y en lo que dura una caña breve comprobé la sorprendente juventud de su aspecto... y aún más de su cabeza... caramba, cómo rige el tipo, diría mi abuelo... ¡¿y lo mandan a casa?!...

Legalmente será la cosa... ya, ¿y no parecerá increíble si entramos en comparaciones con los salvados ?... aunque lo aberrante es que para ser doctor, a Cosamalón se le exigió el criterio de doctores y varios tribunales, pero para echarle de la medicina se sobra y se basta el tío los números , el gerente, ese cargo político que controlan los partidos en cada hospital público, vaya... ¿y no cabría exigir aquí un tribunal con otras voces entendidas?... qué menos...

En fin, si la política es además provinciana con sus tirrias o envidias, no creas en bisturís... piensa en navajas barberas.