Con Julia Matos

Si por la calle les aborda una simpática veinteañera para pedirles su apoyo para conseguir en Australia el mejor trabajo del mundo no finjan ser sordos o estar mirando un escaparate, se trata de nuestra paisana Julia Matos, quien ha quedado finalista en un programa del Gobierno de ese país, en el que oferta seis plazas de trabajos maravillosos para jóvenes de todo el mundo, en espacios naturales no menos maravillosos. Un vídeo de Julia, en el que tuvo 30 segundos para explicar por qué debía concedérsele a ella, fue seleccionado entre otros 500.000. Ahora, antes del 8 de mayo, ha de conseguir para pasar a la siguiente fase el mayor apoyo mediático, institucional y empresarial a su candidatura. Luego, lo dicho, si les aborda o ven una actividad organizada para tal fin no se trata de una loca sino de una soñadora, a la que entre todos podemos ayudar a que su sueño se cumpla. Es una de nuestros muchos desempleados, dispuesta a no rendirse. Su vídeo es una declaración vital de intenciones para ser contratada como park ranger en Queensland, en un lugar paradisíaco. Si yo tuviese un lugar así la contrataba sin dudarlo, pero lo más parecido es una planta de interior que decora el salón de casa desde hace dos décadas, y que ya es como de la familia, algo así como un mapa de nuestra biografía.

La juventud tiene que luchar para no ser una «generación perdida», tal como definió Hemingway a la que deambuló por París después de la Primera Guerra Mundial, antes de la Depresión. Pero un país es la suma de sus generaciones. Y ninguna merece quedar arrinconada pues si sólo se tienen una vez 26 años, también puede decirse lo mismo de 32, 46 ó 61… cada etapa es una patria dorada en sí misma a la que corresponde un ritmo personal y profesional. ¿Alguien puede dudar aún que sólo aunando esfuerzos, padres e hijos, amigos y desconocidos, saldremos de esta catástrofe?

Pero uno sabe, no por sabio sino porque lleva más camino recorrido, que consiga o no uno de esos The best jobs in the world, así se llama el programa, saldrá de esta experiencia enriquecida en amigos y catedrática en desenvoltura, destacados elementos que forman importante parte del currículo, aunque no suelan incluirse. Suerte, paisana.