Fichajes

Antes de que acabe la liga, Caja España-Duero ya ha cerrado el fichaje del verano por Unicaja. Un culebrón en el que llevamos metidos cerca de dos años, que fue los que estuvo el Madrid detrás de Mourinho para al final tener que buscar auxilio de buen juego en Ancelotti. Meses de especulaciones continuas para definir si era mejor apostar por una defensa de cinco con el Frob de libre que barriera los desmarques a la espalda abiertos por los excesos inmobiliarios, un mediocentro de contención que entregara la pelota al Estado para nacionalizar el juego o un delantero goleador que aguantara de espaldas los pelotazos heredados: prejubilaciones millonarias, créditos blandos para los santones, espacios de colocación para los partidos políticos y amiguetes... Más o menos como la Cultural, donde trasladaron los esquemas casi los mismos responsables como si se tratara de un equipo filial que terminó en Tercera por impagos -el club de fútbol, digo; idéntico resultado al que hubiera tenido la entidad si no hubiera venido el Gobierno al rescate con el dinero de todos.

No sabemos cómo evolucionará la Caja aquella de la ardilla en la libreta, donde metieron sus ahorros durante décadas los paisanos leoneses, pero por ahora el pase al club malagueño viene con una factura adjunta de 180 millones de euros para los 1.230 empleos que se destruyen, lo que implica que pese a las bajas incentivadas desaparecen sin posibilidad de que se transformen en un contrato para otra persona, que es la base de la energía productiva.

Un recorte del que se salva el consejo con la coartada de la preservación de la identidad, la defensa de los intereses y toda esa jerga que recubre que, bajo los flecos que se han cosido estos meses, se prepara la supervivencia de Evaristo del Canto y su cohorte como recompensa por el trabajo bien hecho. La labor fuera de la cual se queda dar solución al problema de los afectados por las preferentes, que es la próxima acepción que va a aprobar el diccionario como sinónimo de estafa.

Habrá tiempo de ver si el fichaje resulta rentable. Pero de momento se nos empieza a aparecer en sueños el fantasma de Prosineki.