La poda

Al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar» (Machado).

Podar: «es el proceso de recortar un arbol o abusto. Hecho con cuidado y correctamente, la poda puede incrementar el rendimiento del fruto, una poda incorrecta, puede dañar seriamente el arbol».

El Gobierno, en el año y meses que lleva en el poder, ha tomado una serie de duras medidas de carácter económico, medidas que no terminan de aliviar los males del Estado. Muchos ciudadanos, entre los que me encuentro, esperábamos además un plan enérgico de actuación politica, pues no solo de economía se «vive». A mi modo de ver, los males del Estado no tendrán arreglo mientras un Gobierno, con una clara mayoria absoluta como el actual, no afronte una profunda reforma estructural de la nación. No se puede desperdiciar toda una legislatura en parches (con ser importantes) puramente economicistas. Parece ser que están en ello: Nos anuncian un proyecto de ley, llamado de Racionalizacion y Sostenibilidad de la Administracion Local, y nos aseguran que estará antes del 30 de junio. Por cierto, este proyecto está atascado desde febrero. Parece ser que se ahorrarán 8.000 millones de euros anuales.

Además, anuncian que también para junio estará listo el informe, que no e proyecto de Ley, para la Reforma de las Administraciones Públicas, con el que se pretende favorecer la eliminación de duplicidades y la simplificación administrativa (largo me lo fiais). Esperemos, pero mucho me temo que la poda no será a fondo lo que a mi modesto entender sería un error, pues se hace necesario embridar los supergastos super-superfluos del Estado, reconducir las autonomías a su verdadera condición de administración territorial, y abandonar para siempre jamás las actuales veleidades, algo más que despilfarradoras, que no podemos permitirnos, pues todos los años se van por este desagüe, la friolera de 86.000 millones de euros, teniendo en cuenta además, que esta reforma gozaría de apoyo popular, pues según la última encuesta del CIS, uno de cada cuatro ciudadanos abominan las autonomias, siete de cada diez piensan que han funcionado regular, mal o muy mal y nueve de cada diez creen que es necesario devolver competencias al Estado.

Se necesita audacia y valentía, pues refiriendose a esta cuestión, la vicepresiden ta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría aseguró que «no se puede hacer una tortilla sin romper huevos». ¿Ustedes sabían que a España la llaman como a la canción de los 50 La chica del 17 ? 17 Parlamentos; 17 Gobiernos; 17 Presidentes; 17 Defensores del Pueblo; 17 Consejos Consultivos; 17 Tribunales Superiores de Justicia; 17 Agencias de Protección de Datos; 17 Institutos Meteorológicos; TV públicas (1.200 millones al año); 1.200 diputados autonomicos (383 millones); aeropuertos cerrados (Huesca,Ciudad Real y Castellón nos cuestan 700 millones al año); universidades a granel (50); Observatorios de toda índole... ¿Ustedes ya sabian que esto nos cuesta el 3% del PIB?

Este altísimo coste del Estado de las Autonomías es, a mi juicio, el problema central de la actual crisis española, ya que pone en continuo peligro las posibilidades de endeudamiento del Estado, y es el verdadero agujero en las cuentas públicas y, por lo tanto, su recorte es imprescindible. Resulta paradógico que se siga recortando en lo que necesitamos y no se pode en lo que sobra, que además nos cuesta muy caro.

El proyecto del Gobierno, debe trazar el camino. El único requisito es la buena fé. Hace falta determinacion y compromiso para adaptar las instituciones a nuestra realidad.