La opinión del lector
El censo de lobos
en Castilla y León
Tras dos intercambios en sendas notas de prensas entre la presidencia del Colegio Oficial de Biólogos de Castilla y León y la Asociación de Guardas Forestales sobre la problemática surgida entre ecologistas y ganaderos por la gestión del lobo, quisiera hacer estas consideraciones:
Primera: Se me exige una rectificación pública sobre la opinión de que el personal que ha realizado el censo no está cualificado para tal fin. La aclaración al respecto consiste en reconocer la cualificación del personal facultativo (licenciados e ingenieros) en tal labor, pero no la de guardas y celadores. La complejidad de los estudios de densidad poblacional requieren que en todas sus fases: diseño, metodología, toma de datos, tratamiento estadístico y elaboración del informe final; la implicación directa de personal facultativo, entre la que nos encontramos los biólogos como los más competentes en esta tarea. Por lo tanto obras de esa enorme envergadura científica, técnica y operativa, no puede ser puesta en manos de personal funcionarial de los grupos c y d.
Segunda: Se nos equipara en los medios a los biólogos con los ecologistas y esto es un desatino. Nuestra labor dentro del Colegio Oficial es defender la proyección pública de un colectivo, el de los biólogos, en el marco del reconocimiento de una profesión científica-técnica y con competencias en campos profesionales en sanidad, educación y medio ambiente, pilares de nuestro estado del bienestar. Reconociendo la labor que realizan las asociaciones y colectivos conservacionistas, debe quedar clara la separación entre una profesión, la de biólogo, y de una ideología particular, la de los ecologistas.
Tercera: Una ausencia de cualificación no es un menosprecio. En el Decreto 136/2002 que regula las atribuciones del Cuerpo de Ayudantes Facultativos de los agentes medioambientales no se refleja entre sus funciones la de realizar estudios poblacionales, concepto que si está reflejado en los estatutos que regulan nuestra profesión ya que en el artículo 16 de la Orden de 22 de julio del 2002, de la Consejería de Presidencia y Administración Territorial, así lo apunta.
Vuelvo a reiterar la idoneidad de los biólogos en los estudios poblacionales, y que para evitar suspicacias y acusaciones de falta de objetividad se nos encomienden estas tareas en todas sus fases.
Tierra de desagradecidos
Leo que el gerente del Hospital de León ha cesado a varios médicos por haber pasado de 65 años y no lo puedo entender. Uno es el doctor Pedro José García Cosamalón, al que tuve el placer de conocer hace años (al haber tratado a mi mujer y operarla con gran éxito) y desde entonces admirarle por ese valor humano que posee. A partir de ese momento siempre he presumido de ser su amigo, aunque nos viéramos de pascuas a ramos y, egoístamente, solo le llamara para interesarme por casos de amigos que estaban muy mal. Él siempre me atendía y me explicaba lo que estaban haciendo por esas personas, aún recuerdo a Gabi, el joven policía que cayó de un tejado en acto de servicio y que estuvo mucho tiempo muy grave. Sus padres me pidieron que hablara con él y se interesara por salvarle la vida y ¡vaya si lo hizo!, ese mismo día.
No puedo entender que un gerente de un centro hospitalario público pueda poner en la calle a una persona que aporta tantísimo a la sociedad leonesa y, si es por un tema de presupuesto, que quite a los que no saben o no quieren. ¡Pero si jubilado nos va a costar casi lo mismo y encima no nos puede ayudar! Estamos a tiempo de rectificar esta barbaridad y espero que así se haga.