La insoportable terquedad del personaje

Aqué ha venido el ministro de Industria, Jose Manuel Soria, a Castilla y León. No es un cuestionamiento insidioso y tampoco es inocente la pregunta. Al saber que el ministro vendría a Burgos, los medios aventuraban que acerca de la situación en la minería regional algo nuevo, distinto de lo dicho hasta ahora, se apuntaría, tras la aparición en público de destacadas personalidades de uno y otro espectro y autoridades del gobierno regional criticando la retirada de fondos del plan del carbón a las empresas del Grupo Alonso, cuando el órgano interventor estatal había confirmado a principios de año que estaban en regla.

El propio consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva, abogaba por esperar a que el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, aclarase la postura del Estado sobre el carbón nacional, insistiendo en que este sector tiene futuro en la Comunidad después de 2018. Días atrás el propio Ministro ya anunciaba un más que probable acuerdo en el próximo Plan del Carbón para el período 2013-2018, cuando todas las empresas en León están paralizadas y los trabajadores han perdido su puesto de trabajo, sin márgenes de componendas. Comisiones Obreras se proclamó firme partidaria de que las empresas de Alonso, y cualquier otra en idéntica situación de pérdidas o imposibilitada para la continuidad laboral en sus explotaciones de Castilla y León, fuesen absorbidas por Hunosa, como fórmula de solución rápida a la reanudación de la actividad, de poner en orden la situación laboral de miles de empleos, recuperando los mismos y el alivio en la situación económica de las comarcas dependientes. Así, otras organizaciones y formaciones políticas se sumaron de una u otra forma al requerimiento del sindicato, reclamando que el Estado interviniese para sacar de la parálisis al sector, dada la imposibilidad de hacerlo directamente las empresas. La Junta no, la Junta sólo ve viable concederle las ayudas a Alonso e invita al ministro Soria a viajar a las cuencas mineras. Ante la postura de sindicatos y formaciones políticas para que el Gobierno se haga cargo de las empresas de Victorino Alonso, el ministro de Industria fue tajante y aseguró que no se han planteado en ningún momento ni el rescate ni la compra de ninguna empresa. Lo señaló José Manuel Soria en la capital burgalesa, volviendo a reiterar que en el momento en que el Grupo Alonso se ponga al día con los pagos a la Seguridad Social y a Hacienda, el Gobierno le entregará las ayudas correspondientes al año 2012.

El responsable de Industria, como un semidiós que no se siente vinculado por aquello que ocurra entre los insignificantes inferiores ni tiene obligación de conmoverse con las desdichas y penalidades de éstos, ha venido a Burgos, que no es León, pero al caso es en la Comunidad donde por decisiones de su Ministerio nadie trabaja ya en la minería y son cada día más quienes piden remedio a semejante ruina, a decir en las mismas narices de los mandatarios de la Junta que de las ayudas nada, que ni quita empresario ni pone remedio. Qué dirá ahora la Junta, y los parlamentarios del PP. Sinceramente, creo que lo que digan importa poco, y no solo con el ministro ante quien ahora callan, importa un bledo ya a los mineros y a cualquier ciudadano de cada comarca o pueblo minero. Porque nada que puedan decir puede ser ya creible. De qué plan le pueden hablar a la gente que, votándoles a ellos o no, han venido esperando el ejercicio de sus atribuciones para la búsqueda de alguna solución. Entre ellos hay una valiente. Sin miedo a hablar en medio de la afonía de los suyos, quien preside la Diputación y el PP en León, no apoya recetas que supongan el pago directo de salarios por el Estado, y aunque comprende a los mineros, la fachada de su sede es más importante y denunciará a quien embadurne sus siglas. Al ministro no le dice nada y a su Gobierno le dice amén. Actores y personajes de una escena dramática insoportable. Recordémoslo.