Diario de León

CORNADA DE LOBO

Adiós, libertad

Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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Tiene alguien la oreja puesta, no estás sola, ojo con lo que dices, pueden escucharte los americanos, los chinos, los del Mosad hebreo... o ese vecino modosito y tarao del tarro que te chulea la wii o se cuela en tu ordenata y te espía en tu habitación.

Hoy, el espionaje no es cosa de agentes rudos y mataharis seductoras... el mejor espía esahora un cuatro-ojos desmedrado como el soldado Manning, pero un fiera fisgando desde una balconada de ordenatas que le ha puesto la Cía en un chamizo solitario y lejos... o en la panadería del barrio... pinta mal futuro para la privacidad.

Y hemos depositado nuestra fe y libertad en la red, es decir, ya es una libertad enredada, presa.

Dentro de nada, lo privado será un privilegio carísimo: los ciudadanos dóciles estarán interconectados o controlados... y los ciudadanos indóciles, también. Lo llamarán «control necesario», así que lo de Orwell parecúa una novela, pero resultó ser profecía.

Vete haciéndote a la idea: tus idas o tus venidas ya no serán secreto; con un mólvil en el bolso sabrán todos los pasos que diste tal día, las frecuencias de tus llamadas, tus vicios, gustos, consumos... o lo que largaste inconvenientemente, que ahora las palabras no se las lleva el viento, como creíamos, sino que quedan escritas en almacenes de estados o compañías operadoras.

Rapaza pegada a un móvil, vas de ala, tú no pescas en internet, te pescan a ti.

Para justificar los rastreos que están haciendo en todo el planeta, los Estados Unidos han dicho que así se pueden prevenir actos terroristas o delitos, aunque lo cierto es que, con todo lo que han fisgado hasta ahora no han prevenido ni impedido nada... sin embargo, lo que han pescado es ingente, han violado la privacidad de todo el mundo con una desfachatada impunidad... sin ignorar que los verdaderos delincuentes, los malhechores poderosos y estafadores gigantes ya encontraron otras formas de actuar y comunicarse porque conocen este percal y, además, pueden pagar a los mejores piratas informáticos o espías.

Conclusión: no van por ellos, no les pueden pillar... van por ti.

Y ahora di conmigo: adiós, libertad.

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