La sangría poblacional es ya insoportable

León suma y sigue. No hay estadística de población en la que la provincia leonesa no se desangre cada vez más. La última, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, deja a León muy por debajo de los 490.000 habitantes.

Un dato que, siendo preocupante, no viene más que a ser un reflejo de la sintomatología general de Castilla y León ya que está dentro de un contexto general de pérdida de habitantes en el conjunto de la Comunidad.

Lo más alarmante para León es que llueve sobre mojado. Tanto es así, que va camino de convertirse en algo habitual.

Y ese es el problema de León, que a nadie parece extrañarle ya que la provincia vea cómo, un año sí y otro también, miles de personas se marchan fuera ante la falta de oportunidades que aquí se les ofrece. Y lo que es peor, de aquí se van los jóvenes, la población activa, como lo demuestra otro informe, en este caso el Randstad de movimientos laborales que, tal y como reflejó este periódico, indicaba que en los últimos tres meses 3.000 personas se fueron de León a buscar un trabajo.

Es hora ya de que todas las fuerzas públicas de León, sociales, económicas y políticas, sobre todo estas últimas, tomen cartas en el asunto, se unan para poner en marcha políticas que no sólo defiendan León, sino que sienten las bases reales que vengan a generar empleo y riqueza. Sólo así se conseguirá que los jóvenes no se marchen y se pondrá fin a una sangría poblacional que es ya insoportable.