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León

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‘Panpringao’ y el

orgullo astorgano

Como lectores habituales de su periódico (desde hace muchos años y hasta el día de hoy), como astorganos, como leoneses y como miembros de la Corporación Municipal de Astorga, nos ponemos en contacto con usted en relación al artículo que, con el título de «Panpringao», publicó Cristina Fanjul en ese medio el pasado día 20 de junio.

El mismo ha causado en nosotros y en todos los astorganos sorpresa e indignación. Dicho texto está cargado de menosprecio y de una total falta de respeto a la ciudad de Astorga, a los astorganos, a la Cámara de Comercio, a la familia Casanova Becerra, a la corporación municipal y a nuestra misma alcaldía, a la que (pese a los colores políticos, y más en un caso como éste) todos debemos defender, pues representa a la ciudad.

Vaya por delante nuestro absoluto respeto a la libertad de expresión (sagrada en democracia), pero no podemos por menos de considerar que cualquier crítica legítima ha de basarse en la seriedad y en el rigor de quien escribe, alejándose del insulto y la soberbia, pues éstas últimas (que recorren todas las líneas del artículo) descalifican a su autora y al periódico que le permite publicar un texto así. La señora Cristina Fanjul debería de haberse informado a la hora de escribir su columna sobre los hechos que tuvieron lugar, antes, durante y después de la procesión cívica de La Zuiza (organizada por la Cámara de Comercio de Astorga con la asistencia del excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad). Debería de haberse informado, estando presente para poder juzgar los hechos que se permite despreciar públicamente, o, al menos, tener mejor criterio a la hora de calibrar las informaciones malintencionadas de sus «fuentes» sobre unos actos festivos de La Zuiza que la ciudad lleva, ya, 20 años celebrando con el consenso de todas sus fuerzas políticas.

Nos gustaría recalcar, además, que los astorganos nos disfrazamos con gusto en las festividades del Carnaval, en nuestro celebrado Sábado de Piñata y el resto del año, cuando lo consideramos oportuno, nos gusta recuperar y rememorar nuestra historia, tanto nuestro pasado romano (cuando aquí existió una ciudad, siglos antes de otras que hoy llevan ese título) como las glorias que Astorga cosechó en la Guerra de la Independencia de manos, tanto de las Cortes de Cádiz como del propio invasor francés. En estas ocasiones los astorganos no se disfrazan, se visten caracterizados de época con la asistencia de cientos de recreadores históricos llegados de toda España y de Europa (desde Polonia hasta Bélgica, Alemania, Francia o Italia), miembros de numerosas asociaciones históricoculturales, con un poder de convocatoria que pocas ciudades de España pueden conseguir y que es el resultado de muchos años de trabajo.

Consideramos que artículos como el mencionado hacen un flaco favor a un periódico que se dice provincial y que quiere recoger el sentir y lo acaecido en todo el territorio de León. Menospreciar, mirar por encima del hombro y tratar de minusvalorar o ridiculizar lo que se hace en el resto de la provincia creemos va en perjuicio de un periódico al que los leoneses (empezando por todos los que vivimos en otros lugares que no son la capital) hemos siempre querido y respetado.

León es algo más que su capital y en este punto, tal vez, haya que recordar que en Astorga siempre nos hemos sentido muy orgullosos de ser leoneses, nunca se nos ha ocurrido menospreciar a nuestra capital, ni lo que en ella se hace; es más, queremos mucho a la ciudad que da nombre a nuestra provincia. Igualmente, los astorganos no necesitamos, en manera alguna, faltar al respeto y despreciar lo que los demás sean y hagan, para enaltecer nuestra ciudad y nuestra historia que, en el fondo, es la común de todo el viejo Reino de León y de la propia España.

Nos despedimos de usted lamentando tener que haber cogido la pluma para redactar estas líneas, dirigidas a un periódico que forma parte de la vida de los leoneses y del que nunca hubiéramos esperado el tener que encontrarnos, entre sus páginas, un ataque tan gratuito y malintencionado a toda una ciudad. Artículo que, en nuestra opinión, hace muy poco honor a la noble profesión del periodismo de la que el DIARIO DE LEÓN siempre presumió de hacer gala.

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