Diario de León

HISTORIAS DEL REINO

Un año negro

Publicado por
MARGARITA TORRES
León

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Hace exactamente doce meses los mineros de nuestra tierra bajaron a la capital vitoriados por miles de ciudadanos en su camino, escoltados por lemas como “Madrid entero se siente minero”, o “Sí se puede”. Emocionaban los aplausos, cantos, vítores y lágrimas. Por una vez, España se unió para abrazar una causa que, en el fondo, es la de todos: la lucha por el trabajo digno, el pan para las familias, un futuro que alumbre al final de un túnel negro de esperanza, en el que nos han metido quienes ahora pretenden buscar excusas para no sacarnos. O es que no saben hacerlo y punto. El ministro Soria anunciaba entonces que estaba dispuesto a hablar de ayudas en 2013, pero que en 2012 el objetivo era conseguir líquido para cumplir con un déficit nacional. Un agujero del que no eran culpables quienes pedían ayuda y justicia, sino quienes se siguen burlando de la ciudadanía a razón de asesor y medio por metro cuadrado, reparto de ayudas destinadas a cursos de formación, que acaban en destinos equívocos, o los que gustan de llenar el campo del Barcelona de independentistas gritos de liberación contra la nación que les oprime y atenaza. La misma que se sienta a negociar con quienes la fustigan. De tú a tú. En igualdad absurda e ilógica. La misma que niega apoyo a los trabajadores a fuerza de negociar ayudas para bancos supuestamente corruptos y sistemas financieros quebrados.

Doce meses más tarde nada se ha solucionado. Nadie se ha tomado la molestia de desarrollar planes de reconversión del sector realistas, o reubicar a los obreros del carbón y quienes dependen, como empleos indirectos, de ellos y sus salarios. Pero es que nadie, siquiera, se ha preocupado de confeccionar una política energética fuerte y segura, digno sostén de un futuro en el que cada día dependamos menos del exterior. Porque no nos gustan las nucleares, pero nos comemos los mocos con la basura que generan las francesas y alojamos al sur de los Pirineos.

Por si falta guinda al pastel del despropósito energético, llegan las eléctricas, generosas por natura, y se quejan a la puerta del gobierno de su penuria económica. Y 900 millones de euros que pagaremos Vd. y yo, amigo lector. Pero hete aquí que, a veces, surgen Robin Hoods del pueblo que vencen a los poderosos. Como el ingeniero Antonio Moreno que, tras veinte años denunciando abusos de las eléctricas, ha conseguido que los consumidores nos ahorremos 500 millones. Todo gracias a este jubilado que no llega a mileurista. Sumemos el cabreo leonés de ciertos pedáneos y alcaldes de cuencas mineras que, visto el abuso, han decidido cobrar a las empresas por ocupación de montes de utilidad pública con sus torres de alta tensión. Viva, por valiente, el regidor de Villagatón-Brañuelas. Ay, Santa Bárbara bendita. Qué negro futuro nos espera…

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