Diario de León

TRIBUNA

Estrategia para una energía sostenible y competitiva

Publicado por
María José Molina Navarrete manager financiación de la innovación área energía y salud de Alma CG
León

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La situación Española ante los retos que se le presentan en el Sector Energético es muy complicada. Debe equilibrar los objetivos estratégicos europeos en este campo, con la situación española del sector energético (déficit tarifario creciente), con una previsión de 4.500 millones de euros para 2013. A nivel europeo, la Comisión aprueba (refrendado por el resto de los estados), el Plan Estratégico en Tecnologías Energéticas (Strategic Energy Technology Plan o SET Plan), que constituirá el pilar de la Unión Europea para las políticas energéticas y climáticas.

Este conjunto de medidas que pone en marcha la UE, tienen por objetivo acelerar el desarrollo y despliegue a gran escala de las tecnologías con bajas emisiones de carbono, de manera que permitan alcanzar los objetivos a medio plazo (20%—20%—20%) y largo plazo (2050), de reducir en un 80% las emisiones de CO2.

Para aprovechar el impulso del SET Plan a nivel nacional, han de ponerse en marcha medidas extraordinarias, tanto para aumentar la financiación público—privada de los proyectos de I+D+i de alcance nacional, como para fomentar la participación empresarial en las «Energy Industrial Iniciatives» (EIIs). Deben «buscarse» nuevos recursos financieros que permitan acometer el desarrollo tecnológico necesario, alineado con los objetivos marcados por el SET—Plan.

Los recursos podrían provenir de los ingresos por la subasta de derechos de emisión de CO2 y de los impuestos fiscales del sector de la energía. Habría que definir porcentajes y procedimientos a utilizar, para asegurar que una parte se dedicara de forma estable a la innovación energética.

La aplicación de estos recursos a la innovación tecnológica energética debe hacerse de forma que promuevan una mayor participación empresarial: reforzando los instrumentos de financiación existentes, especialmente los orientados a plantas piloto y de demostración; implantando un sistema de desgravación fiscal de los esfuerzos de I+D+i; financiando las empresas de base tecnológica; creando nuevos vehículos de financiación y mitigación del riesgo en función del tipo y estado de desarrollo de las tecnologías. Para plantas renovables, de cogeneración y de residuos, las instalaciones recibirán un complemento por sus costes de inversión, basados en estándares por tecnología, garantizando una rentabilidad razonable antes de impuestos (rendimiento medio en los 10 últimos años).

En la actualidad, no existe un sistema de desgravación fiscal específico para compañías que realicen inversiones que permitan el aprovechamiento de energías renovables, lo que podría suponer alcanzar el compromiso del 20% de energía renovable frente al total.

Tradicionalmente hasta 2010, las inversiones (instalaciones y equipos) destinadas al aprovechamiento de fuentes de energías renovables para la generación de calor o electricidad, así como las destinadas al tratamiento de residuos biodegradables procedentes de explotaciones ganaderas, de estaciones depuradoras de aguas residuales, de efluentes industriales o de residuos sólidos urbanos para su transformación en biogás o las destinadas al tratamiento de productos agrícolas, forestales o aceites usados para su transformación en biocarburantes (bioetanol o biodiesel), eran objeto de deducción fiscal por inversiones en medioambiente, según el artículo 39 del R.D. 4/2004, por el que se aprueba el texto refundido de la ley del Impuesto de Sociedades. Sin embargo, a raíz de la aplicación de la LES, (para ejercicios que comienzan a partir del 1 de enero del 2011), se deroga esta situación.

El Tribunal Económico Administrativo (TEAC) ha emitido una resolución positiva en cuanto a la posibilidad de recuperar la desgravación generada por inversiones realizadas en ejercicios fiscales anteriores, aplicándose el % de deducción existente en el año de puesta en marcha de la instalación.

Esta opción debe ser aprovechada por las empresas del sector, ya que se presenta como una vía de financiación indirecta de las instalaciones de generación de calor o electricidad a partir de energías renovables. Por otro lado, a nivel industrial, el uso de energía renovable o sustitución de fuentes de energías convencionales por otras menos contaminantes, sí se recoge dentro del conjunto de deducciones por inversiones medioambientales, siempre que el uso de las mismas suponga de forma objetiva una mejora en los parámetros ambientales de la empresa (por ejemplo una disminución en las emisiones de CO2). Esta vía abre una línea de financiación indirecta para la inversión de instalaciones que favorezcan la disminución de los contaminantes en origen, a través del uso de las mejores técnicas disponibles, que al final ayudarán a que nos acerquemos al compromiso suscrito en el SET—Plan.

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