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Publicado por
CÉSAR GAVELA
León

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La distancia. Siempre la distancia en el fondo de la memoria de un niño del Bierzo. La distancia como destino porque casi todo estaba lejos. Vivir en Ponferrada en los años sesenta era vivir en un olvido gris. Aunque también fraterno y seguro. Ahí nació la pasión por lo desconocido. Y esa necesidad tan profunda solo la podían saciar los periódicos.

Desde adolescente invertía la paga que me daba mi padre en periódicos. Cuando no me llegaba el dinero, le pedía que me los comprara, y él solía acceder.

Desde entonces he tenido y tengo la convicción de que he aprendido más en la prensa escrita que en la universidad o en la calle. Me he formado en gran parte en los periódicos y también en las revistas: Triunfo, Cuadernos para el Diálogo , muchas otras....

Pero tanto como saber de lo lejano, me gustaba y me gusta saber lo de León. También las noticias gallegas y asturianas. Esa pasión por la prensa es tan intensa que una jornada sin periódicos me parece coja. Una vez soñé con colaborar en los medios y el sueño fraguó. No hay democracia ni opinión pública sin periódicos.

Yo leía en casa la prensa de Asturias que mi abuelo y mis tíos compraban, y en los bares el Faro de Vigo que entonces dirigía Álvaro Cunqueiro, qué gran lujo. También el Diario de León y el Proa, que era el periódico más importante de la provincia, aunque falangista. Y me compraba el diario Madrid , el único algo de izquierdas por así llamarlo. Hasta que Franco decidió tirarlo abajo y no solo metafóricamente. Luego leí Informaciones ya en los umbrales de la transición. Pero todo combinado con la prensa de León. A la que debo miles de horas de gozo y de verdad.

En los últimos años las cosas se están poniendo más difíciles para los periódicos. Y parece que uno de los dos diarios provinciales se extingue. Es una noticia triste, aunque es cierto que ahora existen muchas otras posibilidades informativas ajenas al papel.

Pero el papel es imprescindible, lo seguirá siendo muchos años. Igual que el cine no acabó con el teatro, la electrónica no se cargará el periódico de papel, la flor de cada día. De lo que pasa. De lo que es palanca para el conocimiento, la reflexión y el sueño. Para integrarnos mejor en la realidad histórica que nos toca vivir. Para la solidaridad.

Si leyéramos más la prensa, seríamos más cívicos y más conscientes. Tendríamos más cultura política. Queda mucho por hacer, queda mucho futuro para la prensa aunque a veces parezca que no. Desde hace trescientos años el periodismo está en el corazón del mundo. Desde hace casi doscientos, en el corazón de esta provincia.

Y seguirá ahí para bien de todos.

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