Menos olor a falta de baldeo

El gallo cacareó hace unas semanas el malestar que había anidado en muchos vecinos del centro de León por el creciente olor a orines, entre otras delicias humanas o animales, en algunas vías principales de la ciudad y también en el entorno del río Bernesga. Tras las fiestas de San Juan y con el arranque de las altas temperaturas la pestilencia urbana llegó a cotas bastante insoportables y poco recomendables asimismo para la imagen turística de la capital. En buena medida ese hedor se atribuía a la dejadez en las labores de baldeo del servicio de limpieza que dirige el concejal popular Julio Cayón y se atribuía a los ajustes económicos. Pues en este periodo, hasta hoy, también es justo reconocer que los malos olores en determinados rincones han remitido sustancialmente como atestiguan muchos de los paseantes que frecuentan la zona del río. Y lo mismo que antes parecían brillar por su ausencia las máquinas del servicio que se encargan del baldeo viario, ahora se han hecho notar con mucha más frecuencia. Se ve que no es tanto una cuestión de recortes sino de estar atentos a las necesidades de la ciudadanía para atajar ciertos problemas, algo que también cabe cargar ahora en el haber del concejal.