AQUÍ TE ESPERO
Mapa del ruido
Son muchas las veces que aquí me he quejado del ruido que se soporta en nuestras calles, con los problemas de salud que conlleva, por eso no me extrañó el reportaje publicado en estas páginas el pasado miércoles, en el que se daba cuenta de que «Más de 51.000 leoneses viven con más ruido del soportable» y que el Ayuntamiento ha decidido «rebajar el nivel sonoro en 25 calles de la capital».
Por fin parece que se dan cuenta de que la contaminación acústica es un tema muy grave, que nos afecta a todos y que se debe hacer algo al respecto, porque no debemos soportar tantos decibelios, sin motivo. Y digo sin motivo porque León no es una ciudad con una gran masa industrial, donde no sólo las sirenas de entrada y de salida de las fábricas ensordecen (la que había, hace mucho que dejó de sonar), sino también el propio ruido de la actividad industrial, así como el gran tráfico que muchas de esas empresas necesitan. Eso no lo tenemos, pero en cambio soportamos una contaminación acústica similar a la de un gran polígono industrial o un gran puerto marítimo.
Me parece muy bien que el Ayuntamiento quiera rebajar el nivel de ruido, pero no estoy totalmente de acuerdo con el plan de 25 medidas que ha diseñado. Me refiero, concretamente a la construcción de más badenes en las calles. Considero que ya hay muchos, que ninguna de las ciudades que nos rodea tiene tantos, y que esa manera de destrozar coches no ayuda realmente a rebajar el ruido, porque muchas veces el de los frenazos supera al del tráfico normal.
La mano dura debe ejercerse con las motocicletas y los vehículos antiguos que hacen demasiado ruido, o con los que llevan las ventanillas abiertas y la música a todo volumen. Multar a estos desaprensivos se recibirá con alegría.
Pero me hace gracia especialmente que se quiera controlar el ruido de los trabajos nocturnos y no se tenga en cuenta los propios ruidos «municipales», que he denunciado a menudo: los camiones de basura, los de recogida de materiales para reciclar, los que baldean las calles, y, sobre todos, esa maquina rompe baldosas de las aceras, que hace mucho ruido y apenas limpia. Todas esas actividades municipales se desarrollan de madrugada, y en verano los vecinos duermen con las ventanas abiertas y se acuerdan de los ediles cuando les despiertan los camiones de los servicios de limpieza, que durante unos minutos les atruenan.