Sanciones necesarias a quienes dañan a todos

La ordenanza municipal centrada en la convivencia y la prevención de las conductas antisociales ha generado al Ayuntamiento de León la entrada de 32.000 euros este año. Son unos ingresos que en ningún caso sirven para paliar el grave daño generado por esas acciones que en realidad dañan a toda la ciudadanía, que es quien paga el mobiliario urbano o los arreglos de los jardines.

La falta de civismo se ha convertido en un problema real en las ciudades y con unas consecuencias directas incluso en lo económico por lo que se hace necesario que se apliquen sanciones y que se difunda su existencia para intentar frenar los daños antes de que se produzcan.

En el balance del Ayuntamiento de León tienen especial relevancia por el volumen de sanciones acumuladas aspectos como las multas por orinar en la calle o por producir ruidos y olores que afectan al resto de ciudadanos. También existe un volumen importante de sanciones por materias como impedir el tránsito de vehículos o personas por las calles, o por las emisiones musicales sin la necesarias autorizaciones.

En suma son una acumulación de faltas contra esa necesaria convivencia, que hacen imprescindible la aplicación de esas normativas porque la ciudad tiene que ser un lugar acogedor para que sus habitantes puedan moverse por ella con tranquilidad y sin tener que soportar molestias generadas por sus vecinos. Quienes dañan a todos se merecen las sanciones.