EN BLANCO
Alegre y olé
Aunque parezca mentira, dado que estamos en el lugar equivocado y en el momento equivocado, León tiene memoria, cierta querencia afectiva y si quieren soñada, cuyo objetivo primordial es la búsqueda espiritual de un mundo maravilloso. La imaginación colectiva es tenaz y da para mucha literatura, pues no en vano nuestra provincia puede considerarse una especie de Parque Temático del Cuento, dicho sea en el mejor sentido del término. De ello se ha aprovechado Joaquín Alegre, todo un laboratorio de iniciativas que sacó músculo para reunir a su fondo de armario de amigos y simpatizantes con la tarea de trazar en comandita un mosaico legendario de historia y mito, inspirado en los usos propios leoneses.
Diestro en picardías verbales, Joaquín hace honor a su apellido pues es un tipo ameno y divertido, con una personalidad cuyo mascarón de proa es el talento y una locuacidad desbordada. Pues bien, ha publicado como saben Leyendas de León, libro escrito en conjunto por nombres de mucho relumbrón en la escena cultural autóctona. Uno de los responsables de la obra cést moi y mi compinche Ana Villanueva, socia en todo tipo de delitos culturales, a quien nos tocó redactar a cuatro manos un juguete literario a propósito de la Dama de Arintero, aquella muchachuela que se fue a la guerra disfrazada de varón. Y hablo de nosotros no por presunción mal entendida, sino porque somos las personas que tengo más a mano. El libro es un cajón de sastre en el cabe casi todo, desde cuentos de miedo hasta temas inspirados en la historia y relatos basados en el animalario ibérico, una predilección profesional de Joaquín como licenciado en Ciencias Biológicas que es. En fin, y puesto que soñar es gratis, un reto tan legítimo como entendible, pues conocer el pasado resulta fundamental para vivir en paz con el presente. ¡Olé por Joaquín Alegre!