La opinión del lector

Homenaje de Tomasa

Nada es eterno. Ni siquiera Tomasa, que se nos ha ido con 105 años dejándonos a los amantes de la música y las tradiciones de este León menguante, sin esa «abuelita alegre» que siempre esperaba las visitas de los cazadores de las esencias leonesas armada con la pandereta que un día le regalamos cuando era una moza de noventa y tantos. A esa edad, cuando la conocimos, pasaba las tardes visitando «a una hija» en la residencia de la tercera edad, ella que estaba en la cuarta, y regalaba la alegría de sus canciones y el oro de su memoria a todos los residentes, que seguramente eran más jóvenes que ella. La piel de Tomasa se parecía a la corteza de los pinos de Tabuyo. Por eso pensábamos que también podría vivir cientos de años. Pero el tiempo, al final, ha vencido también a Tomasa, igual que el fuego ha quemado los pinos. Un trozo más de la memoria y del patrimonio oral y cultural de Tabuyo del Monte, y de todo León, ha desaparecido. Y aquí quedamos nosotros, cercados por tantas ausencias (también se nos fue hace poco el gaitero Domingo Losada).