Abren las urgencias que nunca debieron cerrarse

Rectificar es de sabios y sabia es la decisión de la Consejería de Sanidad, obligada por el clamor popular, el de la oposición y el presidente de la Junta a reabrir las urgencias nocturnas de las zonas rurales. Tan sabia como errónea fue la de cerrarlas, apelando a la falta de clientes y a que no eran necesarias. La reapertura que ahora se anuncia a bombo y platillo, en una rueda de prensa conjunta entre el PSOE y la Consejería, no debería nunca haberse producido porque esos diecisiete consultorios no debieron haber cerrado sus puertas por la noche.

La actual política del ajuste, en la que están inmersas todas las administraciones por mor la crisis económica que ha llevado a los números rojos a las arcas de todas ellas, no debe ser la excusa para el todo vale. Por eso, no es comprensible que el consejero apele al ahorro de un millón de euros que supuso tener cerrada la atención durante este tiempo. ¿Dónde quedaría ese ahorro si sólo uno de los ciudadanos de esas zonas hubieran sufrido graves consecuencias para su salud por la falta de una atención inmediata?

Es exigible que quienes tienen la obligación de tomar decisiones y de gestionar el dinero público desarrollen su labor salvaguardando la mejor atención a los ciudadanos a los que se deben. Esa es la misión fundamental en todas las áreas de Gobierno, pero mucho más tiene que ser la de Sanidad. Sólo así se evitará que el presidente Herrera tenga que volver a salir a enmendar la plana a más consejeros para rectificar decisiones claramente equivocadas.