El amianto no puede permanecer en el olvido

La desaparición de industrias, instalaciones agrarias o de todo tipo de edificios está dejando en las ciudades un problema abierto con la existencia de elementos constructivos que tienen amianto. Las iniciativas de los ayuntamientos de León y San Andrés del Rabanedo para tomar cartas en el asunto e intentar solventar, al menos, problemas concretos generados por antiguas industrias tiene que ser el primer paso para que las instituciones estén alerta sobre la existencia de este tipo de focos que está comprobado que tienen efectos directos graves sobre la salud de las personas.

El problema del amianto es grave porque además requiere de un gasto importante para proceder a su retirada. Pero hoy están totalmente comprobados esos efectos sobre la salud por lo que no puede ni debe ser un asunto que se deje pendiente sin tomar la iniciativa.

El riesgo generado por el amianto —cuyos efectos para la salud no son inmediatos por lo que no siempre existe la necesaria conciencia del riesgo— es especialmente grave para las personas que buscan metales para su venta. Acceden a viejas instalaciones industriales —en una acción evidentemente ilícita— y ponen en riesgo sus vidas por ese contacto con el amianto que aún está presente en uralitas o viejas instalaciones de agua.

Los ayuntamientos han tomado la iniciativa sobre un asunto que no debe permanecer en el olvido porque como todos los temas de salud pública tiene su relevancia.