Pues a doparse

Tiran de la manta cuando el fornicio que tapaba ya sólo es tristitia post coitum ... mitos caídos.

Demasiados años después de estar chutándose sin duelo en el deporte profesional (y aficionado), vamos conociendo alguna escandalera internacional y operaciones de dopaje sistemático en todos los deportes (salvo el parchís; y no lo juraría), especialmente en el ciclismo de altura, el atletismo de bajura, la natación con secura metálica o el piragüismo soviético.

En la Alemania federal de los 70 se aplicó el dopaje generalizado para sus deportistas de élite porque la vecina Alemania roja les daba sopas con honda en casi todo. Pues a doparse.

Y lo dicen ahora, cuando ya prescribió hasta la vergüenza.

Se dopaban porque toda patria exige héroes, mitos... las batallas del honor nacional se libran hoy en cualquier grada... hay banderas de cada cual en la camiseta del jugador, esa cosa tan franquista... y es que el fútbol es más que un deporte... y mucho más que una religión, sobran dioses... y caudillos.

Se dopaban con sustancias entonces estaban prohibidas, pero las había legales que hoy son ilegales, lo mismo que pócimas y prácticas hoy legales serán mañana prohibidas por aberrantes.

Así vamos.

Hipócritas.

Amstrong lo fue con todos los honores patrióticos de los que le apean ahora otros hipócritas... e Induráin, Pantani, Rijs, Contador y la interminable «serpiente multicolor» de exitosos ciclistas en su día, aclamados, mitificados y engranados en el gran negocio del deporte entendido como tienda y espectáculo. Ahora andan rasgándose el maillot por tanta práctica guarra, pero viene Schuster, Bernardo, y declara al «Bild» alemán que debería autorizarse el dopaje, tiene su razón, no para competir, claro, sino para poder acelerar la recuperación de los deportistas lesionados. Y ya hay lío.

Hipócritas.

Sócrates dice: si doparse es ventajismo, ¿no lo es también el equipo, médicos, fisios y dineros que tiene detrás todo plusmarquista, cosa que no tiene el resto y jamás un aficionado?... pues que se dopen todos y se acabó la rabia.