La involución salarial que agudiza la crisis

La estadística sobre la evolución y renta de los asalariados en la provincia contagia la desazón de las líneas rojas que nunca se deberían sobrepasar. La involución de los salarios alerta ya sobre el peligro que corre la sociedad ante el agrandamiento de una brecha socioeconómica incorregible y con graves consecuencias luego reflejadas en derechos sociales y precariedad. Cuatro de cada diez leoneses no llegan al umbral del mileurismo, el umbral de la decencia que coincideron en señalar multitud de analistas en materia de remuneración; pero la gravedad del balance es que más de la mitad ha de conformarse con un sueldo de 9.000 euros. Y entre la masa de los asalariados leoneses —afortunados en la relación enfrentada a los que persigue y limita la lacra del desempleo— hay unos treinta mil que ingresan menos de 2.000 euros al año. Para determinar la mancha de la recesión de ingresos por trabajo aclara bien la situación los datos de la Agencia Tributaria, que en absoluto parece sospechosa de falsear la cruda realidad; desde el año 2007 los asalariados de la provincia leonesa dejan de percibir 117 millones. Con la crisis apoderada de todas las estructuras sociales, con un rosario de empresas y tejido productivo destruidos, el próximo contagio de precariedad que luego va a traducirse en recorte de derechos, e índice de bienestar, por tanto, se llama recorte salarial. De otra forma: menos salario, menos consumo. Más crisis. Y no saldremos del círculo.