TRIBUNA
La consolidación del pacto del PSOE y el campo (III)
Ya hemos dicho que el pacto entre el PSOE y la UCL se formalizó en 1983 y obtuvo su primer éxito en las elecciones municipales que hicieron crecer notablemente el número de alcaldes socialistas y el de diputados, que pasó de cuatro a trece, a uno solo de la mayoría absoluta, frente a once de Alianza Popular, dos independientes y uno del Partido Comunista. No vamos a decir que el pacto fue la única causa, pero sí una de ellas junto con el efecto positivo que tuvo la gestión municipal de los ayuntamientos progresistas en la etapa anterior y el arrollador triunfo del PSOE de Felipe González en las generales celebradas seis meses antes.
Las primeras consecuencias fueron la presencia de Gerardo García Machado en las Cortes de Castilla y León, la de Pedro Vizcay en la Vicepresidencia primera de la Diputación y de Domingo Marcos al frente de la Comisión de Agricultura. Vizcay dejó la vicepresidencia a finales del 84 por discrepancias con la dirección del sindicato y su plaza como representante de la UCL quedó sin cubrir hasta las siguientes elecciones a partir de las cuales fue ocupada por Matías Llorente, continuando Domingo Marcos en el área de Agricultura. A las Cortes de Castilla y León accedió Matilde Fernández Estébanez, alcaldesa de Valverde Enrique, militante de la UCL y del PSOE además de dirigente activa de una de las dos organizaciones agrarias que promovían en el sur de León las infraestructuras de los futuros regadíos.
La dimisión de Vizcay originó una serie de tensiones que pusieron en peligro la continuidad del pacto, pero estas se superaron porque todos estábamos convencidos de los aspectos positivos que este tenía para ambas partes y por el papel mediador que jugaron algunos dirigentes del sindicato y el diputado Domingo Marcos que supo sortear los obstáculos que se le fueron presentando en su difícil tarea.
El resultado fue que las relaciones entre el PSOE y el sindicato campesino nunca dejaron de existir. Cada año asistíamos a la fiesta campesina que ya se había convertido en un caluroso encuentro y en exponente de la buena armonía entre los socialistas y las gentes del mundo rural. Recuerdo, por ejemplo, la celebrada en Carrizo de la Ribera el domingo 6 de septiembre de 1986, cuatro días antes del debate de la moción de censura presentada contra el presidente de la Diputación por catorce diputados. Ese día supuso para mí una demostración de cómo las gentes de los pueblos habían asimilado que la Diputación era su casa y se disponían a vivir como algo que les afectaba directamente el debate del jueves siguiente en el que se ponía en juego el relevo de «su presidente».
El segundo cuatrienio en que me tocó presidir la Diputación fue menos conflictivo. A ello contribuyó la llegada de Matías Llorente a la Vicepresidencia y la mayor estabilidad política que trajo el relevo de Manuel Rodríguez Barrero (alcalde de Villablino) por Laudino García (alcalde de Igüeña) como representante del PCE ya integrado en Izquierda Unida. Fueron años de problemas en el sindicato que desembocaron en una división en dos, liderando el primero Gerardo García Machado bajo el nombre de Ucale y el segundo con las siglas Ugal bajo la batuta de Matías Llorente y de Felipe Martínez Morán que fue su primer presidente. El PSOE, respetuoso ante estos hechos, no dudó en traspasar a este segundo y a sus dos representantes en la Diputación las relaciones que había tenido con la UCL en el periodo anterior.
La tranquilidad fue igualmente la tónica de los últimos cuatro años de gobierno socialista en la Diputación (1991 a 1995) bajo la presidencia de Agustín Turiel. Matías continuó como Vicepresidente primero pasando a presidir la Comisión de Agricultura el diputado José Manuel Zapatero Santos, todo ello de acuerdo con el pacto, renovado ya por Zapatero como Secretario General. Además, Matías desempeñó también la presidencia de la Comisión de Hacienda.
En 1995 cambió el panorama político al hacerse el PP con el gobierno de la Diputación y dejar por tanto UGAL de ostentar cargos de responsabilidad, aunque Matías ejerció en ocasiones como portavoz del grupo socialista. Entre los hechos destacables sucedidos entre 1995 y 1999 se encuentra la constitución de Mansurle, una Mancomunidad que aglutinaba 25 ayuntamientos del Sur de León. A la hora de elegir presidente, en cierto modo provisional ya que faltaban pocos meses para las nuevas elecciones, las fuerzas estaban tan igualadas que hubo que recurrir al sorteo, favoreciendo éste al candidato del PSOE que era el alcalde de Algadefe José Antonio Herrero Conejo, uno de los activos más importantes que el sindicato Ugal tenía en la zona. El breve tiempo que duró su presidencia alimentó grandes esperanzas entre los socialistas, ya que su programa era mucho más ambicioso y atractivo que lo que cabía esperar de la derecha que no se había planteado un verdadero desarrollo de la comarca. Estas esperanzas se desvanecieron pronto pues las elecciones del 99 supusieron la pérdida del gobierno del Ayuntamiento de Valderas que habíamos obtenido en 1991, lo cual inclinó hacia el PP la balanza de la Mancomunidad.