EL RINCÓN
Bale, «según mercado»
Por fin se le ha cortado la cabeza a la serpiente del verano y el galés de oro, Gareth Bale, deja el Tottenham porque el Madrid le ofrece más oro. Ya se sabe que «con oro nada hay que falle», como dice don Juan Tenorio, y los socios del llamado club blanco confían en que el galáctico no falle ni un penalti, cosa en la que han incurrido los mejores artilleros, desde Puskas a Messi pasando por Kempés. Hay que saber, aunque ni nos vaya ni nos venga esa desorbitada cantidad, si el acaudalado don Florentino ha pagado el precio justo aunque haya roto el mercado. Según Antonio Machado, «todo necio confunde valor y precio», pero el presidente del Real Madrid es listísimo.
Él sabrá lo que ha hecho, porque todo depende de este muchacho de 24 años al que supongo que instalarán un taxímetro especial en cada tobillo. De momento, los partidarios del glorioso club están tan contentos como si los 91 millones de euros, que alguien asegura que han sido 101, los hubiesen percibidos cada uno de ellos
¿Hasta qué punto ese monstruoso dispendio se disculpa por la ganancia de más puntos en la Liga? A las personas normales, a las que también les gusta el fútbol, les ha parecido poco acorde con los tiempos que vivimos, que son exactamente donde la mitad de los españoles no gana lo suficiente para vivir. La penuria alcanza al 40% de los que tienen algún trabajo y al total de quienes no han tenido la suerte de ser explotados y no alcanzan el título de mileuristas. Hay que colegir que el triunfo de su club les rescate de sus fracasos personales. Pasan enormes apuros pero las victorias de su equipo les compensan de sus derrotas. Y además llevan insignias en las solapas
Quizá no sea justo que un gran futbolista gane más que un gran tesorero
Tanto Bárcenas como Bale precisan de intermediarios. En general, los jugadores necesitan haber alcanzado una gran fama para que los fiche un club poderoso, pero los tesoreros se hacen famosos después de haber dilapidado el caudal que administraban y solo les ficha la Policía.