Invertir en el vino es una apuesta segura

Castilla y León es tierra de excelentes vinos. Esta afirmación, que puede sonar a eslogan publicitario, es el reflejo de una realidad que se demuestra a diario. Nueve Denominaciones de Origen, doce si se incluyen las tres Denominaciones de Origen protegidas, dejan bien a las claras la pujanza de un sector que, año tras año, refuerza su crecimiento, por encima de crisis económicas.

La partida económica que acaba de anunciar la Junta busca incentivar a las bodegas para que se lancen a la caza del mercado exterior. Y ahí también van por adelantado, porque el sector del vino en la Comunidad es uno de los pilares de la balanza de pagos positiva que Castilla y León mantienen en materia de exportación. Los bodegueros descubrieron el freno del consumo interno mucho antes que otros sectores de la economía y se aventuraron a exportar en momentos donde casi sólo las grandes empresas de automoción lo hacían.

La Junta, con esta nueva inyección económica demuestra que está sabiendo dar respuesta a un sector que, ahora más que nunca, está siendo vital para el PIB de la Comunidad. Y lo es por cifra de negocio, de facturación, de volumen inversor y de empleo. Ninguna otra actividad ha generado en los últimos años un volumen de negocio como la vitivinícola.

Las administraciones, y más en momentos de crisis, deben apostar por sectores que generen riqueza y que, sobre todo, tengan futuro. Y en Castilla y León invertir en el vino es una apuesta segura.