Diario de León
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Raúl Arias Ramos. leónRaúl Peláez García. LeónIgnacio Caballero. Madrid
León

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Respuesta a

Gavilanes Laso

En la página de Opinión de ese diario de fecha 5 de septiembre pasado y en la sección denominada «Tribuna», aparece un artículo de José Luis Gavilanes Laso. Escritor. En el mismo y con un lenguaje medio irónico, medio propagandista, el autor reivindica el cambio de nombre de una de las calles más céntricas de nuestra ciudad, la denominada «calle Capitán Cortés», que como bien dice, también se le conoció con el nombre de «calle de los guardias», por encontrarse ubicado en la misma el cuartel de la Guardia Civil y que yo conocí también por esa denominación al haber nacido muy cerca de la misma, concretamente en la calle Burgo Nuevo y ver desde la parte de atrás de mi casa la parte trasera del citado cuartel. Su propuesta, que comenta la expuso al señor alcalde el pasado año sin haber recibido hasta la fecha contestación alguna, era la sustitución de la denominación actual de la calle dedicada al capitán de la guardia civil por el nombre de un notable y destacado profesional leonés de la medicina, en su vertiente oftalmológica, el doctor Enrique Salgado Gómez. El dedicar una calle a este doctor, es algo que apoyo al cien por cien, pero con la salvedad de que la dedicatoria sea a una nueva vía. El señor Gavilanes hace gala a lo largo de su artículo de unas posiciones políticas determinadas. No es que su interés se centre en que el doctor Salgado tenga el reconocimiento público de darle su nombre a una calle de la capital que le vio nacer y en la que desarrolló gran parte de su vida profesional, sino en que se cambie el nombre de la calle Capitán Cortés y de paso, y «aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid», despotricar de forma velada y no tan velada contra la Iglesia, institución que, por lo que demuestra con sus comentarios, no es «santo de su devoción». En definitiva, y resumiendo. Que al que esto escribe, y sin que sirva de inicio de polémica, le parece muy bien que el Ayuntamiento de León dedique una de sus calles a un leonés que llegó a destacar en el campo de la medicina, pero que no sea a costa de un cambio de denominación de otra ya existente (que traería además perjuicios económicos tanto a los residentes como a los establecimientos y comercios allí ubicados) sólo por el capricho de uno o alguno de los abanderados de la llamada «memoria histórica» (memoria parcial y con lagunas, eso sí).

Agradecimiento a

una escuela

Queremos dar las gracias a la escuela infantil Carlos María de San Andrés del Rabanedo, por la educación que han dado a nuestros hijos, Adrián y Alba Peláez García, desde los cuatro meses hasta los seis años, ofreciéndonos además la posibilidad de atenderlos posteriormente hasta los diez años en períodos vacacionales. Ha sido un lujo tener una escuela tan valiosa a tan sólo 3 kilómetros del centro de León, con servicio de autobús, ofreciendo educación esmerada a los niños. El conjunto de profesores que han educado a nuestros hijos es competente y entregado a su tarea. Gracias por todos los años en que habéis cuidado de nuestros hijos. Gracias también por todas las atenciones que habéis tenido con nosotros, sus padres, informándonos detalladamente del comportamiento de nuestros hijos en vuestro centro y gracias por darnos orientaciones acertadas para continuar su educación en nuestro hogar.

El gran despilfarro

Tal y como está el país no creo que sea el momento de hacerle pagar un viaje al Estado». Esas palabras son de una persona íntegra y sensata; Rafa Nadal. Sin quitarle mérito por ser el portavoz del sentido común, me gustaría saber qué llevó a la Federación de Tenis a ofrecer un jet privado a nuestro tenista más laureado el viaje desde la Gran Manzana a Madrid. Hablando de la capital, ¿cuánto nos ha costado la «delegación cultural» que viajó a Buenos Aires? ¿Y el despliegue descomunal de RTVE o Telemadrid? todo pagado con el dinero de todos. Austeridad divino tesoro, pero comencemos por dar ejemplo. Gracias Rafa por delatar y rechazar un despilfarro más.

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