Diario de León

TRIBUNA

¿Quién manda en el PSOE de Ponferrada?

Publicado por
Jorge Mateos Álvarez Licenciado en Políticas y Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan
León

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Decía Rita Prada, miembro de la Ejecutiva censurada, presidenta de la gestora tras la dimisión de ésta, candidata a dirigir las riendas del socialismo en Ponferrada, y, finalmente, líder del PSOE en la localidad, cargos todos ellos ocupados ininterrumpidamente, lo siguiente: «En el PSOE mandan los militantes». Le faltó añadir: «Excepto en la agrupación de Ponferrada».

Hay dos grupos que se pueden dividir entre los que parece que mandan y los que seguro que no mandan. Entre los primeros, Rita Prada, Tino, Óscar López, Folgueral, Merayo, Antonio Vega y hasta Ismael Álvarez. Entre los segundos, Rubalcaba y Villarrubia a quienes todos los anteriores parece que siguen empeñados no solo en ignorarles sino en dejarles en ridículo.

1) Folgueral se presenta a la alcaldía bajo la premisa de no pactar con el PP-1 (Partido Popular) ni el PP-2 (IAP, el partido de Ismael Álvarez), firmando un pacto en el que se comprometía a renunciar al acta de concejal si abandonaba la formación socialista.

2) Firma una moción de censura con el enemigo público número uno de los socialistas en la localidad, amén de acosador sexual convicto para arrebatar la alcaldía al PP-1.

3) Los militantes del PSOE no participaron ni de la idea de arrebatar el poder al PP-1 pactando con el PP-2, ni pudieron pronunciarse sobre la conveniencia ética y política de la nefasta operación.

4) Se desata un escándalo nacional el 8 de marzo, día en que Folgueral accede a la Alcaldía, que obliga a Rubalcaba, al quedar evidenciado porque ningún estamento del partido había adoptado acuerdo alguno de apoyar o avalar la moción de censura, a ordenar a Samuel y los siete a escoger entre abandonar el partido o quedarse con la Alcaldía. O lo que es lo mismo: les echa.

5) Posteriormente, 58 militantes, que suponían, al menos, un tercio de la Agrupación de Ponferrada, presentan una moción de censura contra su secretaria general por considerarla responsable directa de la ruinosa operación y por su íntima conexión con los expulsados de hecho por Rubalcaba.

6) Por lo tanto, no podía haber más de 174 militantes por aquel momento. La norma constitucional e interna del partido dice que presentada la moción de censura ha de desarrollarse con todas las consecuencias, sin que quepa posibilidad alguna de que el órgano censurado utilice la dimisión como treta para sortearla. ¿Se imagina alguien que un presidente del Gobierno pueda ser censurado por una mayoría parlamentaria que presenta una moción al efecto y que dimita para no afrontarla?

7) Entre las censuradas estaba Rita Prada, miembro de la Ejecutiva de Helena Castellanos, que había dimitido en un hecho sin precedentes, mezcla de cobardía política y falta de calidad democrática. Segunda vez que a los militantes socialistas se les hurta el poder de decisión que les dicen tener.

8) Abortada la moción interna, Rita Prada asume durante seis meses la Gestora (órgano encargado de pilotar con neutralidad el partido hasta la elección de una nueva dirección), y, sin ningún tipo de pudor y con el mayor descaro, concluye su mandato el 5 de octubre, presentándose para dirigir la Agrupación habiendo gozado durante meses, por poner un ejemplo, de acceso al censo, siendo la única persona autorizada para dirigirse oficialmente a los militantes durante ese período.

9) Deslegitimada Rita Prada, dice que desde que dirige el PSOE en Ponferrada no se ha tramitado ningún alta. Aún así obtuvo 105 votos en la asamblea. Si el máximo de militantes posibles en abril era de 174, ¿por qué dilató seis meses el proceso si vencía claramente la censura la Ejecutiva de la que formaba parte y que es la misma elegida hace unos días solo que rotando los puestos? Lampedusa en estado puro: cambiar todo para que nada cambie. Con un añadido: sin que nada en ningún momento haya cambiado, salvo la base de electores, incrementada en un 40%.

Tanto desatino, tanto mancillar los valores socialistas, para que no haya matices entre la gestión de Riesco y la de Folgueral, salvo que nos remontemos al momento de su elección: ambos contaron con el voto de El Padrino pero solo el segundo se dejó vergonzosamente mantear por sus seguidores.

Así es como Rita se lo guisa y se lo come sola. Y aun así dice que los militantes mandan. Mal está que sea la autora material de las diversas tramas (institucional —pacto de gobierno en Ponferrada—, económica —derivada de tener el poder en el Ayuntamiento— y orgánica —la del control por la gente de Rubalcaba del PSOE a costa de sus centenarios principios y valores—) que han conculcado sistemática y deliberadamente el derecho de los militantes a tomar las decisiones más importantes de su Agrupación, pero peor es que se ría públicamente de ellos, ofendiendo a todos los que asisten escandalizados a este espectáculo que, de proseguir, acabará consiguiendo un milagro político: que en un futuro próximo haya más militantes que votantes socialistas en Ponferrada.

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