EN BLANCO
Trashumantes
Pasen y vean. Me refiero a la exposición «Trashumantes» que hasta finales del presente mes de octubre programa la Biblioteca Regional, en sus instalaciones de la calle Santa Nonia. Un reducto de cultura y amistad en el que he pasado miles de horas, alborotando entre viejos periódicos y otros documentos aureolados por todo el encanto de épocas muy pasadas. La muestra que recrea y pone en valor el patrimonio material e inmaterial de las vías pecuarias ubicadas en el entorno de la Vía de la Plata, milenario punto de encuentro entre civilizaciones y distintos modos de ser, es un viaje con la imaginación por un tapiz de tradiciones que forman parte de nuestra memoria colectiva. Un muestrario de usos y costumbres con gran interés antropológico y sentimental, que constituyen en su conjunto un universo tejido a lo largo de los siglos. Se trata de ritos civiles con un enorme impacto visual, según recogen distintos grabados que nos han legado los viajeros que transitaron en el pasado por las severas tierras leonesas.
El beso del tiempo parece ennoblecer las infinitas veredas, cordeles y caminos carreteros que articulan la Cañada Real Vizana, nombre inspirado en el puente que salva ese curso de vida que es el Órbigo a la altura de Alija del Infantado. A través de ella, guiados por su sabiduría ancestral, han viajado generaciones de caminantes, peregrinos y arrieros. Además, por supuesto, de los pastores trashumantes procedentes de los agostaderos de las montañas y que adquieren en las antiguas crónicas un protagonismo de leyenda. Historia y memoria se entremezclan en las bellas muestras de arte pastoril que cobija, al igual que un cofre cargado de tesoros, todo un surtido de cucharas de cuerna, hondas, cascapiñones y hasta regalos para el amo. Hermosa colección de imágenes adornadas por toda la poesía del pasado.