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León

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Aquellos que permanecen aún en las filas leonesistas afrontan una semana clave en la que se atisbará hasta qué punto tiene posibilidades la UPL de hacerse un hueco en el futuro mapa político leonés. El imparable derrumbe que ha vivido en los últimos años tras alcanzar un techo electoral que ni los más optimistas soñaban ha dado paso a un puzle de nombres, egos e influencias, con ruptura del propio partido incluida. Quizás siguiendo el ejemplo de sus buenos colegas bercianistas —que dieron ese paso una década antes— hoy los leonesistas están repartidos en al menos dos siglas —más alguna agrupación local— lo que les priva de cualquier opción a la hora de tocar poder.

Y curiosamente fue esa situación, el alcanzar el poder tan deseado, la que literalmente hizo desaparecer del mapa a la formación leonesista que fue incapaz de reencajar las piezas cuando llegaron las vacas flacas.

Ahora afronta un proceso para elegir a su próximo líder. Las opciones están sobre la mesa y la duda es cómo puede la UPL encarar el futuro para salir de esa dura travesía por el desierto que supone el apagón social, político y ciudadano en que se ha sumido.

El ejemplo de los socialistas de este fin de semana, que se han renovado con Rubalcaba, no parece el más adecuado si los leonesistas quieren mantener una cuota razonable de presencia en la sociedad. Quizás el debate tantas veces reiterado internamente sobre la necesidad de un líder que les aúne de nuevo no es baladí.

Este próximo fin de semana se conocerá al sucesor de Javier Chamorro. Un paso sin duda clave para que la UPL vuelva a tener oportunidades. Pero la duda es si el camino hasta las próximas elecciones locales de la primavera de 2015 precisará más estaciones para conseguir de una vez por todas un nombre que se convierta en faro y en nexo de unión del leonesismo. Zapatero lo fue para un PSOE totalmente agrietado en el 2000. A nivel político devolvió la ilusión y la unidad al partido en torno suyo.

En la UPL tienen la doble posibilidad de buscar un Zapatero del 2000 o un Rubalcaba del 2013. No ahora. Quizás la fecha fundamental no sea este fin de semana. Las opciones para resucitar existen y más aún si cambia tanto el mapa bipartidista de España como algunos aseguran. Quizás no dé para tanto el asunto pero las oportunidades, si se buscan bien, suelen presentarse.

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