Un tejido empresarial que garantiza el futuro

La economía de Castilla y León vive momentos convulsos, pero no en sentido negativo, como pudiera parecer a propósito de esta crisis económica que sigue sin querer irse, sino por la inversiones de los grandes grupos empresariales. Ahí están los casos concretos de Iberdrola, los grupos Siro y Antolín y también Renault, que refuerzan su apuesta por esta comunidad autónoma justo cuando más se necesitaba, en los peores momentos de la crisis.A lo que ahora se suman operaciones como la de Cam-pofrío, que la Junta de Castilla y León aplaude y que deberá vigilar para exigir que mantenga el empleo y el negocio en Castilla y León.

La industria, como bien decía ayer el presidente de Renault España, José Vicente de los Mozos, es el motor diésel de la economía. Un motor por el que hay que apostar, porque sirve de sujeción en los momentos más complicados. Pero no debe ser el único. Las administraciones tienen que redoblar sus esfuerzos hacia unas pymes, que suponen gran parte del Producto Interior Bruto de la comunidad autónoma y que sufren más que nadie los efectos de la crisis.

Para eso son necesarias políticas de empleo y que incentiven el consumo, como reclaman estos grandes grupos empresariales, porque mientras eso no suceda no se habrá salido de la crisis.

Bien harían las administraciones en escuchar estas recomendaciones, porque vienen de boca de aquellos que sujetan el tejido empresarial que es el que garantiza el futuro de Castilla y León.