Diario de León
Publicado por
CAMINO GALLEGO
León

Creado:

Actualizado:

El periódico de ayer volvía a meter el dedo en la llaga del fracaso escolar con una información titulada «Un español tiene 200 clases al año más que un finés y 60 puntos menos en Pisa». Ahí le duele. Hace ya mucho tiempo que sabemos que el sistema educativo español no funciona y no paran de contarnos que Finlandia es el paraíso de los estudiantes con conocimientos.

Lo cierto es que Finlandia es un país con menos de seis millones de habitantes, una décima parte de los cuales viven en la capital, Helsinki. Sólo hay tres ciudades más por encima de los 200.000 habitantes, otras tres con más de cien mil y tres más con cerca de esta última cifra, lo cual quiere decir que dos terceras partes de la población viven en pequeñas localidades. Y éste es precisamente el secreto de su éxito educativo: las escuelas no están masificadas, pero todas tienen el mismo nivel de materiales y medios (gratuitos, por supuesto) y sus profesores atienden a alumnos de distintos cursos, pero con una ratio mínima, lo que les permite ocuparse de todos y cada uno de sus alumnos, a los que conocen mejor y no sólo por sus calificaciones.

Eso ocurría antes en nuestros pueblos. Todos tenían su escuela y bien orgullosos de ello que estaban, hasta el punto de que cualquier hijo del pueblo que prosperaba, enseguida construía a sus expensas unas estupendas escuelas que ya le hubieran gustado a él disfrutar, porque la mayor parte de las veces el local no reunía apenas condiciones, pero sin embargo los niños tenían ganas de aprender.

Esas escuelas unitarias se han perdido, porque no son rentables para la consejería. Es mucho mejor trasladar a los niños muchos kilómetros, dejar vacíos los pueblos y luego lamentarse de que no estudian y no quieren saber...

En Finlandia los niños (igual que en Suecia) están con sus padres en casa hasta los seis años, sin guarderías (las privadas son carísimas); a esa edad y durante un año van a la guardería pública, para que se vayan acostumbrando a la disciplina y los horarios, aunque siguen jugando, porque no quieren que aprendan a leer y escribir, que lo hacen con siete años, en un solo trimestre, porque su mente es mucho más madura que la de los niños de Primaria españoles. Los nórdicos tienen hambre de aprender y sus profesores les ayudan a ello. Las escuelas no son aparcaniños. El que quiera entender, que entienda.

tracking