Peligro para el bienestar de la sociedad leonesa

Es verdad que no corren buenos tiempos para la política. Es cierto que no es una palabra que suscite demasiadas simpatías. Sin embargo no hemos de olvidar que la política es el único instrumento que tienen las sociedades democráticas para resolver aquellos problemas que afectan a la ciudadanía.

Una de las consecuencias más alarmantes de la crisis que vivimos hoy en España es que se está acentuando la pobreza y la exclusión social entre la sociedad española. En la actualidad el 27% de nuestra población, más de 12,4 millones de personas, viven por debajo del umbral de riesgo de pobreza y exclusión social y la crisis ha provocado un aumento de la pobreza infantil, que ya supera a la de los pensionistas.

La política de recortes que está aplicando el Gobierno del PP está provocando un retroceso en los avances que los gobiernos socialistas habían conseguido en el desarrollo del Estado de Bienestar, como la Ley de Dependencia, considerada el cuarto pilar del Estado de Bienestar.

Es en tiempos de crisis cuando está más abonado el terreno para que prenda la desafección por la política y por quienes que se dedican a ella. «Son todos iguales», «no defienden más que lo suyo»… son algunas de las frases que oímos con demasiada frecuencia.

Desde esta tribuna se rompe una lanza en favor de la política que se encuentra al servicio de la ciudadanía, en favor de la política que construye bienestar, en favor de la política que escucha y da respuesta a los problemas que plantean las personas y los colectivos. No todas las políticas son iguales, no todas las políticas tienen los mismos objetivos. Y es justamente en aquellas actuaciones políticas que afectan a las cuestiones sociales en donde se aprecian más claramente las diferencias; y a su vez, donde las políticas socialistas has estado más cerca de cada ciudadano o ciudadano.

Las políticas sociales, enfocadas al bienestar, impulsadas y mimadas por los gobiernos socialistas, están siendo desmanteladas por el Gobierno del PP con una clara intencionalidad privatizadora, como en el caso de la sanidad, o llegando incluso a desaparecer como es el caso de la dependencia. Hoy el bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas está en peligro. Por eso desde el PSOE queremos ganar la batalla al desánimo y salir de la crisis con actuaciones que recuperen la confianza en nuestra economía y en la cohesión social para proteger a la población más vulnerable. No es lo mismo una acción política que se ha dedicado a construir, como la del PSOE, que la política que está llevando a cabo el PP, que se empecina en destruir todo lo construido con tanto esfuerzo y que tenía un objetivo claro: la ciudadanía, sin hacer distinción de clases.

No es lo mismo la acción política del PSOE, enfocada a la ampliación de derechos para los ciudadanos y las ciudadanas que la del PP, empeñada en eliminarlos.

No es lo mismo una política, la del PSOE, que defiende el derecho a una educación y una sanidad públicas y gratuitas que la del PP, que defiende el negocio que supone la gestión privada de la educación y la sanidad.

No es lo mismo una acción política que utilice el diálogo, la negociación, el consenso, que respete las diferencias, como la que ha practicado el PSOE cuando ha tenido responsabilidades de gobierno, que esa otra basada en el decreto, la prepotencia, el recorte y el desprecio por lo diferente, como la que lleva practicando en los últimos tiempos el PP.

No es lo mismo la política del PSOE, que defiende el carbón autóctono como reserva energética estratégica, que defiende a las juntas vecinales como garantes de la pervivencia de los pueblos de la provincia de León, que defiende la continuidad de servicios de urgencia sanitaria en zonas aisladas de la provincia, que la del PP, que mira para otro lado y dice amén a todo lo que impongan los gobiernos autonómico o central. Desde una perspectiva más amplia tenemos que tener presente que España ha logrado un desarrollo económico y social extraordinario en las últimas décadas, ha sabido salir reforzada de crisis anteriores y ahora puede hacerlo de nuevo. Pero para ello es necesario un cambio de rumbo en las políticas públicas, para que propicien lo antes posible el desarrollo económico y que dicho crecimiento sea sostenido y duradero.

La brecha histórica que ha separado a España de los países punteros de la Unión Europea se redujo considerablemente entre los años 2004 a 2011, con gobiernos socialistas. Hoy, con un Gobierno del PP, la brecha ha vuelto a ensancharse y la caída es en picado. Los sucesivos recortes en sanidad, educación, pensiones, becas, dependencia, unidos a copagos diversos y subidas de impuestos han disparado los índices de pobreza en las familias españolas. Las políticas han de estar al servicio de quien es más vulnerable, así lo entendemos desde el Partido Socialista. No debemos olvidar que fueron gobiernos socialistas los impulsores del Estado del Bienestar en España, aprobando normas básicas en materia de sanidad, educación, pensiones y servicios sociales.

Como refleja el informe del Consejo Europeo, las políticas impulsadas por el gobierno de Rajoy nos están llevando a niveles de fragmentación social desconocidos desde hace décadas, provocando un aumento de las desigualdades sociales.

Cuando vienen mal dadas es cuando más hay que recurrir a la política, pero a la política de altura de miras, a la POLÍTICA con mayúsculas, a aquella que se coloca al servicio de la ciudadanía para ayudarles a sobrevivir y a encontrar soluciones a sus problemas.

Pero ¡ojo!, que nadie se confunda y que nadie nos confunda. No todas las políticas que se ponen en marcha son iguales; algunas, ni siquiera parecidas.