Un horizonte más claro para las comunicaciones
El Ministerio de Fomento se centrará hasta el año 2015 en rematar la construcción de seis tramos de autovía y varias circunvalaciones ya iniciadas en Castilla y León que movilizarán una inversión cercana a los 77 millones el próximo año. El departamento que dirige Ana Pastor, que pondrá en servicio 26 kilómetros en 2014 y en 2015 y prevé abrir al tráfico otros 50 cerrando por fin el corredor de la Ruta de la Plata (A-66), no iniciará este año ni el que viene ningún tramo de autovía en Castilla y León y se limitará en lo que queda de 2013 y en 2014 a terminar cien kilómetros que están en obras. De esa manera deja una vez más sin plazos la León-Valladolid. Ni un euro —ya no estaba en los Presupuestos— ni el más mínimo compromiso para dar cumplimiento a una demanda histórica de la provincia y de la Comunidad.
La crisis fuerza al Gobierno a frenar la construcción de autovías y a apostar más por la alta velocidad en materia de infraestructuras. Es lógico que la falta de recursos públicos lleve a la Administración a apostar por el gasto social: educación, sanidad, servicios sociales y atención a los más desfavorecidos. Sin embargo, debería fijar ya un horizonte claro de planificación de las infraestructuras viarias y ferroviarias, con el fin de que la sociedad sepa a qué atenerse. Además, ese horizonte y sus prioridades deben cumplirse sin los retrasos que se produjeron en coyunturas de bonanza. La culminación de la autovía León-Valladolid deberían ser, por deuda histórica, la apuesta más inmediata.