Memorias

En estos días fríos de finales de noviembre que invitaban, entre otras cosas, a quedarse en casa, he aprovechado para leer los dos libros de Memorias que acaban de publicar los dos últimos expresidentes del Gobierno, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Habrá que recordar que el primero estuvo en la Moncloa ocho años (de 1996 a 2004) y el segundo, siete (de 2004 a 2011). Entre los dos, casi el mismo tiempo que Felipe González, que fue presidente catorce años, y que todavía no ha escrito sus recuerdos.

Son dos libros de memorias distintos, como distintos son sus protagonistas. José María Aznar hace un repaso bien estructurado sobre los principales hitos de su gestión: la política económica con el espectacular dato de la creación de cinco millones de puestos de trabajo durante su mandato; la lucha antiterrorista para combatir a ETA en todos los frentes y el afán de situar a España en un lugar importante en el contexto internacional, priorizando para ello la relación con los Estados Unidos. No soslaya Aznar dos cuestiones polémicas de su paso por la presidencia: el apoyo de España a la guerra de Irak y la gestión del atentado del 11-M del 2004 que a la postre supuso la derrota del Partido Popular, con Mariano Rajoy como candidato.

El libro del expresidente socialista está centrado exclusivamente en la crisis económica que le tocó afrontar y, especialmente, las medidas que tuvo que adoptar el ya famoso 12 de mayo de 2010 para evitar que nuestro país fuera intervenido. Unas medidas —bajada del sueldo de los funcionarios, congelación de las pensiones y otros recortes sociales— que según cuenta su principal impulsor le supuso un enorme desgarro interno porque era consciente que estaba haciendo lo contrario de lo que hasta entonces había defendido el Partido Socialista y él mismo. Unas medidas que supusieron el principio del fin del Gobierno socialista.

En ambos libros de Memorias quedan muy bien reflejadas las personalidades y las formas de ser de sus autores. Un Aznar liderando un proyecto político liberal-conservador ambicioso que tenía como leit motiv lo que se denominó «patriotismo constitucional» superando los complejos ante los nacionalistas y buscando para España el lugar que le correspondía en el contexto internacional. Y un Zapatero que transmite, con ciertas dosis de autocrítica, la angustia que vivió a partir del momento en que la crisis económica estalló con toda virulencia y alcanzó de lleno a los ciudadanos, sobre todo a través del desenfrenado crecimiento del desempleo.

Dos libros interesantes de dos políticos muy distintos. La historia y los ciudadanos juzgarán tanto las acciones como los aciertos y errores de uno y de otro. Y en ese juicio, mi opinión es que sale claramente vencedor José María Aznar.