Diario de León
Publicado por
MARÍA JESÚS MUñIZ
León

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Si este no es país para viejos, esta no es provincia para este país. Es más, este no es país para este país. La esencia del asunto ya la desgranó en su día una ilustre prócer de esta nuestra provincia en un acto políticamente rentabilizable referente a un colectivo discapacitado: «El problema de esta gente es que ahora vive mucho tiempo». Sin entrar a analizar los pormenores freudianos del caso, la esencia del asunto es similar.

Porque si este no es país para viejos, estamos ante una ecuación imposible. O este deja de ser el Estado del bienestar para pasar a ser el de un servicio a tocateja (una faena cuando llevan toda la vida apuntándote con la recortada, esa que cada mes te quita para la Seguridad Social, para esto, para aquello; y dice digo donde dijo Diego en aquello que te garantizaba feliz vejez y atendida enfermedad) o ponemos barra libre de prestaciones y servicios públicos haciendo el bien sin mirar a quien. Lo cual resulta a todas luces inviable, que se lo digan al agujero de la otrora boyante hucha del tío Gilito de la Seguridad Social.

Seguramente la virtud está donde dijo el filósofo, en el punto medio. Afanados andan desde la cosa pública en localizar el Punto M, mientras el ingente colectivo pensionista en ejercicio de la provincia se hace de cruces entonando el virgencita virgencita. Los pensionables asistimos ojipláticos al multimillonario rescate de la misma banca que (amén de empeñarse en el engaño al que sometió a miles de penitentes ahorradores) nos seduce con catastróficos mensajes agoreros para quienes no nos subamos al carro del ahorro privado para el futuro, ya que visto lo visto lo que nos recortan de nuestros menguantes salarios no da ni para la extra de los jubiletas en ejercicio.

Lo explicó mi tía Amalia sin tanto analista especializado: quita y no pon, se acaba el montón. Y aquí hay cada vez más viejos y dependientes frente a trabajadores en desbandada que cotizan por los pelos. Pues ya lo dijo la glamurosa leonesa: si no hay cash, de qué de vale el patrimonio inmueble.

Así las cosas, a no ser que finalmente la Virgen del Rocío atienda a la ministra Báñez y multiplique panes y peces, la cuestión es que los más de 142.000 pensionistas leoneses (uno de cada tres ciudadanos, incluyendo niños de teta) verán hasta nuevas bonanzas económicas sus pensiones prácticamente congeladas. Los demás, ni eso, que por aquí la cosa sigue marcada por los recortes. Seguimos a la espera de que la macroeconomía baje al monedero doméstico. Lo que fue toda la vida esperar a que Dios baje el dedo, vamos.

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