Gora... y el humo

Titulando así, se diría que va la cosa de la basca vasca, de los etarras comparecidos haciendo tribuna en Durango... y apaleando humo.

Pero aquí Gora no es un ¡viva!, que también, sino el apelativo familiar de Gregoria Benito, la tía Gora, paisana del pueblo salmantino de Peñaparda que acaba de cumplir 109 años... y no le duele nada (ojo, la tía Nisia, su vecina, cumplirá en breve 108).

Viva Gora... vivísima.

La veo en una foto que le hicieron en su humilde cocina de hornilla de leña, rústico lar, ella en su silloneta, cerquita del fuego, allí pasa algunas horas, consomidina bajo su saya negra, luto que jamás quitó desde que se le murió el marido hace cuarenta años.

Algo admira aún más: ¡vive sola!...

Y bien se las compone, aunque su hija Santiaga y otro hijo están pendientes de ella en sus distancias.

Se ve en esa foto que el humo la envolvió toda su vida y curtió sus bronquios, porque hace niebla en su cocina de curar cuyas paredes ahumadas están más negras que el alma de un corrupto, así que aquí podría decirse aquello de la abuela fuma sin haber prendido jamás un cigarro... y ahí la ves.

Sólo salió de su pueblo en una ocasión, fue a Francia, emigró por pan y a los dos años volvió a su querencia, a la sana vida modesta y al aguante... envuelta en humo... y echando al pote patatas con chorizo, su comida predilecta... hala, y ahora que venga el dietista con el porqué de esa salud, si Gora respira humarro de leña y come hidratos y grasas tan prohibidas a los viejos.

Lo triste es que con ella morirá un diccionario vivo... ya casi nadie en el pueblo usa su palabrario y sus giros, propios de la parla del Rebollar , un rescoldo del habla leonesa que repobló hace ocho siglos aquellas tierras y las vecinas cacereñas... y señas cazurras también en el pandero que tocaba Gora, pandero hijo de esta montaña lacianiega o babiana, el único cuadrado en todo el folklore salmantino.

Gora junto a la lumbre me recuerda a la abuela palentina de Susana (Claudia cumplió 109 en 2013, es la persona más longeva de Castilla y León), pues las dos no se movieron del pueblo y en su corazón y su cocina ardió siempre leña.