Debate sobre la plaza del Grano, pero riguroso

La remodelación de la plaza del Grano del barrio Húmedo es ante todo una necesidad. Un lugar tan emblemático para la ciudad no puede presentar las deficiencias que tiene en la actualidad tanto para los vecinos de la zona como para los numerosos visitantes que acuden a conocerla. Los problemas que plantean por ejemplo las piedras al no estar debidamente fijadas al suelo es algo que debe solventarse. E incluso a los habitantes de la plaza es razonable que se les faciliten unas aceras en unas condiciones adecuadas para acceder a sus viviendas.

El conflicto puede surgir sobre si las fórmulas técnicas elegidas son las más adecuadas y ahí probablemente sí cabe un debate. Pero lo que no son lícitas son las mentiras para generar confusión como la que se ha intentado propagar asegurando que se iba a asfaltar esta emblemática plaza tapando sus piedras.

Un debate razonable y razonado cabe en cualquier obra pública pero siempre que se base en criterios técnicos, o históricos en este caso, pero no parece lo más adecuado realizar una defensa del inmovilismo más absoluto porque en realidad no lleva a nada. En la plaza del Grano existe un problema y hay que solventarlo. Hay que mirar al futuro y plantearse que este entorno emblemático debe adecentarse y consolidarse.

Defender como único criterio que nada debe cambiarse no parece una postura muy constructiva y no sólo en este caso. Para conservar el legado hay que ponerlo al día.