Triangulando

Tengo que meterme en braguetas de once varas por ver de coincidir en tema del día con mi colega de página, o sea, repasar la declinación Poder-Sexo desde la cama del presidente francés en su triángulo amoroso con periodista en tálamo de palacio y actriz firulí en picadero, ese famoso y misterioso Triángulo de las Verduras donde desaparecen las naves del juicio y manda el nabo, se siega perejil y aquí hay tomate.

Lo admirable es cómo puede ligar el mesié Hollande con su figura tapona y esa cara de mochuelo triste y miope... Sarcozy, al menos, se lo curró, ondulaba el tupé, hacía futin o se subía a unas calzas para alcanzar a besar a su eminente cantante amante... Hollande, sin embargo, lleva ya tres en poco tiempo y su triángulo iba para cuadrado... pero ¿qué las da?... eso no se pregunta, lo sabe el refrán: Sinforoso, ¿qué las das?... pues mil más que los demás .

El poder, el tener... he ahí al seductor... si no, ¿por qué cuando alguien logra mando o riqueza lo primerísimo que piensa es en joder (en general) y fornicar (en particular) consiguiéndolo con extrema facilidad?... vicio antiguo.

¿Y por qué se coló esa actriz buscona en zona vedada cornamentando a la pareja oficial de su cherí presidán, esa tiesa y distinguida periodista que, a su vez, cornamentó a la legítima, una Segolène recién parida de su cuarto hijo?... y no vale aquí la regla bruta con la que Josearturo explica siempre estos affaires, « Toda mujer es puta mientras no se demuestre lo contrario... y las actrices, aunque se demuestre », barbaridad que le acarrea no poca reprobación airada, aunque también alguna vuelta al ruedo, pues de esas lidias entiende y de cuernos sufre.

En fin, ¿se ha de respetar la intimidad de esas braguetas?... la cabeza serena exigida al mandatario puede verse distraída o atribulada por esas trifulcas amorosas y calentones, afectando así a la gobernación... pues entonces hay derecho a meter la nariz, pero sería mejor hacerlo con los cientos de políticos de aquí que, tocando poder, y con secretaria tetona, la lían, se divorcian, se meten en gastos, pensiones a la ex... y ya no salen del jergón del cohecho para poder pagarse el gustazo.