El baile de las candidaturas

Mientras Rajoy sigue deshojando la margarita sobre el sucesor de Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista del PP a las elecciones europeas, Rubalcaba ha decidido situar a su número dos, Elena Valenciano, al frente del cartel socialista. Si bien desde el partido dicha opción se presenta como prueba de la importancia que el PSOE otorga a dichos comicios, a la vez no deja de formar parte de la inveterada costumbre de los aparatos de Ferraz y Génova de premiar con un escaño europeo a políticos amortizados o en vías de amortización.

Habrá que conocer las listas completas para comprobar si el PP y el PSOE promueven a los candidatos más idóneos para representarnos en Europa, o siguen reservando una buena cuota para proporcionar un retiro dorado a viejas glorias o antiguos altos cargos desconectados de las respectivas direcciones. De ello dependerá la suerte de dos de los tres actuales eurodiputados vinculados a Castilla y León.

A priori parece harto improbable que el abulense Agustín Díez de Mera, llegado en 2004 al Parlamento Europeo de la mano de Ángel Acebes, repita para una tercera legislatura. Todo indica que está condenado a ceder el puesto, aunque sea para que lo ocupe otro político tan amortizado como él. Los rumores apuntan hacia el consejero de Economía, Tomás Villanueva, quién lleva ya más de 18 años formando parte del gobierno de la comunidad.

El futuro de la socialista Iratxe García también está en el aire. Y no es por su falta de sintonía con la dirección del partido ni porque no haya dado la talla en su labor parlamentaria. Su continuidad depende de qué Rubalcaba atienda o no las aspiraciones de Jesús Caldera, el ex ministro salmantino que, tras su negligente gestión en la Fundación Ideas, pretende hacer mutis por Europa.

Así las cosas, el único eurodiputado vinculado a esta comunidad que hoy tiene garantizada otra legislatura resulta ser el catedrático Francisco Sosa Wagner, quién, tras ganar las primarias internas, volverá a encabezar la candidatura de UPyD a las elecciones del 25 de mayo.

Mientras tanto, a poco más de un año de las elecciones autonómicas, no tiene precedentes la actual incertidumbre sobre los futuros candidatos del PP y el PSOE a la presidencia de la Junta. La incógnita socialista no se despejará hasta otoño, momento en el que se celebrarán, abiertas o no, las correspondientes elecciones primarias. Veremos si para entonces se mantiene el mano a mano entre Óscar López y Julio Villarrubia, o si el segundo tira antes la toalla. Y en el PP, nada nuevo bajo el sol. La convención celebrada en Valladolid no aportó ninguna pista sobre la continuidad o sucesión de Juan Vicente Herrera. Se supone, eso sí, que no será necesario esperar hasta el otoño.